Ganar tiempo... o perderlo

"Solo en un escenario político diferente a nivel de toda España se podrá negociar una consulta y/o un nuevo pacto que pueda ser sometido al voto de la ciudadanía"

El 'president', Artur Mas, en el Palau de la Generalitat, el viernes.

El 'president', Artur Mas, en el Palau de la Generalitat, el viernes. / periodico

Miquel Iceta

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¿Por qué estoy convencido de que en el 2014 no se hará la consulta? Porque creo en la palabra del 'president' Mas cuando dijo que no la convocaría sin la autorización del Estado, y estoy convencido de que el Gobierno del PP no la autorizará. Miremos la realidad de frente, si Mariano Rajoy no ha dejado que el 'president' Mas dirigiera unas breves palabras protocolarias a unos invitados extranjeros en el propio palacio de Pedralbes, ¿cómo podemos creer que autorizará la consulta?

El 'president' Mas fue rotundo: sin autorización no habrá consulta y la forma a través de la cual los ciudadanos tendrán que hacer oír su voz en las urnas será a través de unas elecciones al Parlament que serían calificadas de ‘plebiscitarias’. Nadie sabe muy bien qué quiere decir esto de unas elecciones plebiscitarias (dijo Duran en 8TV), pero parece que la intención sería la de asegurar una mayoría parlamentaria que pudiera aprobar una declaración unilateral de soberanía. Una declaración que sería un brindis al sol a menos que países relevantes (los más importantes de la Unión Europea y los que tienen derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas) estuvieran dispuestos a darla por buena. Y hay quien dice que, en todo caso, la declaración unilateral de soberanía permitiría seguir ganando tiempo si sus efectos quedasen suspendidos mientras los ciudadanos no pudieran ratificarla en referéndum… que tendría que autorizar el Estado.

Justo es decir que el 'president' Mas fue absolutamente sincero cuando dijo que el llamado proceso de transición nacional nos llevaría a ‘tierra incógnita’. Y también era consciente de que lo que denominaba ‘proceso de transición nacional’ o, de forma abreviada, ‘el proceso’, requería del apoyo de una ‘mayoría extraordinaria’. Precisamente para obtener esta ‘mayoría extraordinaria’ convocó unas elecciones anticipadas. De forma sorpresiva, después de comprobar que la ciudadanía no sólo no le había proporcionado la mayoría extraordinaria que él pedía sino que CiU perdió 12 escaños, no modificó su hoja de ruta y, haciendo como si nada, se puso en manos de Oriol Junqueras. De hecho, CiU está gestionando una derrota política y lo único que parece guiar sus actuaciones es ganar tiempo. Ganar tiempo confiando probablemente en la recuperación económica y en que el PP pierda las próximas elecciones generales o, al menos, pierda la mayoría absoluta.

Porque, en efecto, solo en un escenario político diferente a nivel de toda España se podrá negociar una consulta y/o un nuevo pacto que pueda ser sometido al voto de la ciudadanía. En un Estado democrático miembro de la Unión Europea es impensable una alteración de las fronteras o una reforma en profundidad del sistema institucional que no pase por un proceso de negociación y acuerdo. No hay atajos unilaterales o ilegales. Y esto lo sabe el 'president' Mas.

Quizá por eso, el 'president' Mas quiere ganar tiempo. Veámoslo. Hay que recordar que el punto 4 del anexo 1 (“Proceso de convocatoria de la consulta sobre el futuro político de Catalunya”) del llamado “Acuerdo para la transición nacional y para garantizar la estabilidad parlamentaria del gobierno de Catalunya” suscrito entre CiU ERC en diciembre del año 2012 establecía como objetivo: “Abrir un proceso de negociación y diálogo con el Estado español para el ejercicio del derecho a decidir que incluya la opción de convocar un referéndum, previsto en la ley 4/2010 del Parlament de Catalunya, de consultas populares por vía de referendo. En este sentido, se establece el compromiso de formalizar la petición dentro del primer semestre del 2013” (el subrayado es mío). Es obvio que este plazo no se cumplió y probablemente por eso no se ha podido aprobar el presupuesto de la Generalitat de este año. Este primer incumplimiento serio explica que ERC haya supeditado su apoyo a los presupuestos de la Generalitat para el año 2014 a la fijación de una fecha y una pregunta para la consulta, y que el 'president' Mas no haya tenido otro remedio que aceptarlo. Otro año sin presupuesto sería inaceptable.

Fijada la fecha y la pregunta y con el acuerdo presupuestario cerrado, probablemente el 'president' Mas intentará que ERC entre en el Gobierno de la Generalitat, enmendando así el error de empezar una legislatura sin una mayoría y un gobierno suficientemente sólidos después de no haber obtenido la mayoría extraordinaria que se pretendía. Ya veremos qué decide finalmente Oriol Junqueras. También se intentará por parte de CiU que ERC acepte formar parte de una candidatura conjunta a las elecciones europeas. Así CiU se ahorraría una probable derrota, se convertirían las elecciones europeas en un sucedáneo de la consulta y, nuevamente, se ganaría tiempo. Todo esto tensionará aún más las relaciones entre CDC y UDC.

El 'president' se comprometió a fijar fecha y pregunta antes de acabar el actual periodo de sesiones y desde ERC se afirma que será antes del 15 de diciembre (“Y los diputados del PP enloquecerán”, dijo Joan Tardà). Los socialistas ya dijimos que entendíamos que esto era un error por una razón muy sencilla: es obvio que la fijación unilateral de una fecha y una pregunta imposibilita cualquier negociación con el Estado. ¡Precisamente lo que hay que negociar es la pregunta! No tiene ningún sentido llevar al Congreso de los Diputados iniciativas sobre la consulta sin haberlas acordado antes con el Gobierno de España que, recordémoslo, tiene el apoyo de una mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados y en el Senado. ¿Cómo aprobarán una consulta sobre una pregunta una mayoría de diputados que ‘enloquecerán’ al conocerla? Tampoco tiene mucho sentido pedir un cheque en blanco, es decir, pedir la transferencia de la competencia para convocar referendos. ¿Cómo queremos que el Estado autorice una consulta sin haber acordado antes la pregunta que se quiere someter a la ciudadanía? ¿Que no decíamos que lo queríamos hacer como Escocia? ¿Qué acordaron Cameron y Salmond sino la pregunta? Miremos la realidad de frente, de qué serviría llevar iniciativas al Congreso si están condenadas de antemano al fracaso porque no han sido negociadas previamente? ¿Repetir la experiencia del 'plan Ibarretxe' del que hoy nadie se acuerda? Bien, serviría para ganar tiempo. Y para aumentar la tensión, para sobrecalentar el ambiente, para impedir cualquier ‘tercera vía’ (cosa en la que Mas y Rajoy están absolutamente de acuerdo) y, de rebote, dificultar todavía más cualquier tipo de negociación seria sobre la consulta.

Porque, al final, parece que no se trata de hacer la consulta; de lo que se trata es de que CiU gane tiempo. Pero estoy convencido que los catalanes, en cambio, perdemos el tiempo si renunciamos a buscar un nuevo pacto que nos permita salir del callejón sin salida en el que unos y otros nos han metido (estamos atrapados, dijo Duran), si renunciamos a construir una tercera vía que evite un choque de trenes en el que todos tenemos tanto que perder. Esto es lo que intentan Pere Navarro Alfredo Pérez Rubalcaba con nuestra propuesta de reforma constitucional federal.