Cuidar después de haber ganado

Los resultados de las listas favorables al 'sí' en las elecciones plebiscitarias del pasado 27 de septiembre han sido rotundos e históricos; en un contexto de masiva participación se han roto récords y tópicos sobre la abstención, hemos sufrido una enorme presión mediática de los medios audiovisuales de ámbito estatal contra la idea de la independencia, se han movilizado todos los “poderes fácticos” y de manera escandalosa ha habido irregularidades graves en el voto de los residentes en el extranjero, haciendo imposibles unos sufragios que previsiblemente hubieran reforzado la victoria de los soberanistas. Seguramente ningún independentista de toda la vida hubiera podido imaginar que un septiembre del año 2015 viviría este triunfo. Ni tampoco, ninguna españolista recalcitrante en su peor pesadilla podía imaginar esta fuerza del soberanismo.

Hay razones, y muchas, para aquellos que defendemos el Estado propio para Catalunya para estar satisfechos. Y hay que felicitar a los miles de activistas comprometidos que han hecho posible el éxito. La energía desplegada, la ilusión puesta, la esperanza generada han dado su resultado.

Pero el país es complejo y contradictorio y la aritmética parlamentaria que los resultados han configurado es ciertamente diabólica. Será necesario mucho sentido de la realidad para salir adelante y no frustrar las esperanzas de tantos.

Y para hacerlo todavía más apasionante, además, tenemos las elecciones estatales a la vuelta de la esquina y los resultados de fuerzas como Ciutadans (C’s) auguran en Catalunya una campaña muy disputada que podría aguar los resultados del pasado domingo.

Toca pues mucho de política, que quiere decir saber que 72 diputados son una mayoría muy clara a favor de la independencia, que 83 diputados es una mayoría muy rotunda a favor de un referéndum y que 99 diputados es un resultado inapelable contra el actual status quo… Volver a leer a Berlinguer y su 'Non si governa con il 51 per cento' puede ser siempre inspirador en un tiempo en el que sabemos que solo las grandes mayorías harán posibles las profundas transformaciones y el salto hacia delante que el país necesita.

Nos jugamos demasiado para no buscar la concordia y el acuerdo entre la mayoría de los catalanes para hacer un país mejor.

Será necesario cuidar de la unidad civil del pueblo de Catalunya y de la idea del catalán como lengua común, para que una y otra no salgan debilitadas. Hemos visto como nunca estos días quien ha apelado a los orígenes de las personas para llamar al voto y llevamos años de sistemática campaña contra el modelo educativo catalán… Cuidado, mucho cuidado para fortalecer las mayorías sociales y políticas que han hecho que este país haya realizado su camino en convivencia durante las últimas décadas.

Hemos afirmado que queremos protagonizar la revuelta de las sonrisas desde las urnas; ayer dimos un nuevo paso adelante, pero todavía nos quedan muchos. Nos enfrentaremos a una derecha autoritaria y a un Estado incapaz de entender la pluralidad y la diferencia y donde la cuestión catalana es la cuestión democrática. Viviremos como se intenta inhabilitar al Presidente Mas de manera burda y se le hace declarar en el día que recordamos como el presidente Companys fue fusilado por los fascistas.

Sabemos que venimos de muy lejos y que saldremos adelante si vamos juntos y nos cuidamos del país que queremos.

(Post publicado en el blog de Carles Campuzano)