La competencia china ya está aquí

Leo Messi, en un partido del Barça.

Leo Messi, en un partido del Barça.

ALBERT GUASCH

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Es la estrella de su superequipo, se le acaba el contrato y parece de momento renuente a sentarse a negociar la prolongación. Aún no hay pánico, pero tanto dentro como en la periferia del club empieza a asomar la inquietud. El estado de incertidumbre se atribuye a una abrumadora oferta de la Superliga china, que le doblaría su gigantesco sueldo actual. Hablamos aquí de Alexis Sánchez y el Arsenal, pero podríamos perfectamente hacerlo de Leo Messi y el Barça.

El goteo comienza a convertirse en chorro. Estrellas aún con recorrido, no en la fase crepuscular de sus carreras, que se van a una competición que ha decidido importar talento al precio que sea. Si por el brasileño Oscar, de 25 años, han pagado 61 millones de euros al Chelsea; si al argentino Tévez le han garantizado casi 80 millones netos por dos temporadas; si incluso quieren fichar al inglés Mark Clattenburg, considerado el mejor árbitro de la Premier, ¿cuánto podrían pagarle a Messi? No hace falta especular. Cien millones por temporada se publicó hace unos días. Una cifra que motivó un escandalizado editorial del 'Diario del Pueblo', es decir, texto con sello oficial.

Y es aquí donde nos encontramos. Ante un nuevo competidor. No atentos a una posible oferta seductora del Madrid, el PSG o cualquier potencia de la Premier, a las que se les cae de los bolsillos el dinero de la televisión. Ahora hay que vigilar a China, en disposición de doblar la mejor apuesta. Determinada a elevar el nivel de su fútbol y el interés hacia su liga, es evidente que con Messi quemaría etapas.

LOS BUENOS AÑOS

Muchos futbolistas han renunciado a lo largo de la historia a algo más de sueldo a cambio de un proyecto deportivo que les resultaba interesante y una satisfactoria perspectiva vital en la ciudad de su club. En el Barça hemos apreciado a unos cuantos. Ahora el tamaño de la renuncia se vislumbra muy superior de materializarse la temida y desmedida oferta de yuanes. O sea, puede que no sea una cuestión de dinero, sino de muchísimo dinero.  

Tendrá que ingeniárselas mucho la directiva azulgrana para retener al número uno de la historia, protección fiscal incluida, como es obvio. Y tendrán el jugador y su padre que decidir cómo encarar los buenos años que aún le quedan a su fastuosa carrera. Al final, algún tipo de renuncia, no menor, no una bagatela, parece que será inevitable por su parte.