Un selfi en los Sanfermines

Un grupo de mozos grabando cómo les pasa una vaquilla por encima.

Un grupo de mozos grabando cómo les pasa una vaquilla por encima. / periodico

JUANCHO DUMALL

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Es una anécdota muy conocida, aunque luego  desmentida por su protagonista. El torero madrileño Luis Miguel Dominguín se levantaba de la cama tras acostarse con la actriz Ava Gardner. Ella le preguntó: "¿Y ahora a dónde vas?" A lo que él contestó: "A contarlo".

La tentación, no muy caballerosa, por cierto, de airear semejante logro amoroso --se decía entonces de ella que era la mujer más hermosa del mundo-- era muy grande. La conquista no hubiera dado suficiente satisfacción al galán de haber quedado en el secreto de una habitación.

Algo parecido debió de pasar por la cabeza de los mozos de los Sanfermines que tras el encierro del jueves, fueron captados por una fotógrafa cuando una vaquilla le iba a pasar por encima en la plaza de toros de Pamplona. Lo que tenía de especial esa imagen es que varios de esos jóvenes aguerridos llevaban en la mano sus teléfonos móviles, con los que captaban ellos mismos la imagen del animal aproximándose como un tren de mercancías. Para esos arriesgados fotógrafos, la aventura no era correr las vaquillas, sino poder documentar su atrevimiento con imágenes.

Lo mismo ocurrió en un encierro de las fiestas del 2014, cuando un mozo se hizo una autofoto en los mismos morros de un toro bravo. Fue una imagen que dio la vuelta al mundo y que llevó al Ayuntamiento de Pamplona a estudiar fuertes multas a aquellos corredores que cometieran imprudencias tan flagrantes como la del selfi en la curva de la Estafeta.

EL NUEVO EXHIBICIONISMO

Las redes sociales permiten esta nueva forma de exhibicionismo según la cual lo importante no es subir una montaña, descender un barranco, correr los toros o lanzarse en parapente. Lo trascendente es que a uno se le vea en ese contexto de riesgo.

Los sociólogos ya han determinado que lo que se busca en las redes es proyectar nuestro yo más original, divertido, brillante y valiente, como en este caso. Ese yo que no alcanzamos en nuestra vida cotidiana, pero que queda en evidencia ante todo el mundo cuando colgamos un vídeo en Facebook, aunque luego escondamos el morado del pisotón de la vaca.