Fiesta mayor

No, definitivamente no quiero ser súbdito -no ciudadano- de esta Catalunya que contraprograma a Felipe V como alternativa al barcelonés Javier Pérez Andújar -¡traductor de Asterix al castellano!- como pregonero de las fiestas de la Mercè. Me he enterado por los papeles de que la heroica iniciativa surgió de las redes sociales (¿?) con el apoyo y la financiación de las entidades La Coronela (¿?¿?), Memorial 1714 (¿?¿?¿?) y Petrolis Independents (¿?¿?¿?¿?), franquicia de la cadena Petro 7.

Ante la imposibilidad de que el pérfido Borbón acuda a nuestra fiesta mayor en persona, los patrióticos mecenas han optado por el bufón Toni Albà como su representante en el mundo de los vivos, que dice que pregoneará desinteresadamente con tal de seguir siendo el Rey. Sí, Toni Albà, el que invitó a los espectadores catalanes a no ir a aplaudir a Carmen Machi en el Teatre Lliure por haber firmado un manifiesto a favor del federalismo; el que sentenció que Inés Arrimadas «es tan cortita que su cabeza huele a pies»; el doctorado en imitar borbones a sueldo de TV-3. Ignoro cuál es el coeficiente intelectual de Inés y de cuántas neuronas dispone el coco del cómico, pero me consta que Arrimadas es la protagonista de sus propias palabras y Albà es un cerebro en alquiler que precisa de alguien que le escriba. Total: que, puestos a escoger, me quedo con ella.

Bufones y aduladores

Adoro a los bufones que cumplen con su condición desafiando audazmente a sus amos, como el del rey Lear de Shakespeare, o como el juglar Albert Boadella antes de perder la gracia del teatro para acomodarse en la Verdad; pero no a aquellos que confunden su oficio con el de adular a sus señores naturales.

Para la otra cara de la Verdad, Pérez Andújar es un tipo poco recomendable, ya que, como sentenció la fogosa Rahola, «ridiculiza y embrutece el sentimiento de la mayoría del Parlament y de todo el país», (...) «enaltece al pueblo obrero y de los barrios marginales contra la pérfida 'Barcelona burguesa'», (...) «con un poco de Serrat y Gimferrer para aliñar la perorata». Por lo visto, a ella le molan más Llach y Martí Pol... Para gustos, los colores. Pero, querida Pilar, ¿no te pasas mil pueblos -todos catalanes, por supuesto- cuando hablas de «todo el país»? Anda, no hagas trampas. Si fuese el maestro Cuní, te castigaría a leer el Corán en hebreo 1.714 veces en el Born de las lamentaciones y de cara a la pared.

La verdad: que, en medio de tanta Verdad, aplaudo las dudas y vacilaciones de la Colau, que debió aprender de Vázquez Montalbán, o por sí misma, que la palabra Barcelona debería pensarse siempre en plural: Barcelonas, muchas Barcelonas, todas las Barcelonas imaginables y sus contrarias.