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Felix

Mikel Lejarza

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Se llama Felix Arvid Ulf Kjelberg, cumplirá 26 años el 24 de octubre y en septiembre marcó un récord: 10.000 millones de visionados de vídeos on line. No recibirá premios, ni honores de las obsoletas instituciones que tanto dicen hacer por el audiovisual, pero dudo que haya nadie, ni en cine, ni tele, que pueda alardear de tener tantos seguidores. Este joven sueco iba para licenciado en Economía y Dirección de Empresas Tecnológicas por parte de la Universidad Chalmers, centro en el que no es fácil entrar; pero descubrió que era más feliz  haciendo sus vídeos jugando, dejó los estudios y se puso a trabajar vendiendo perritos calientes. En el 2010 se registró como PewDiePie en YouTube y creó un canal en el que ejerce de comentarista divertido de videojuegos, lo que le ha convertido en el principal prescriptor mundial en la materia. El primer vídeo se emitió el 2 de octubre del 2010 y desde entonces lo ha visto por una media de 5,5 millones de personas por día. Hagan números: 229.000 personas por hora. Desde entonces, Kjelberg ha subido 2.475 vídeos, lo que supone una media de más de 1,3 por día, lo que denota su gran capacidad creativa. Dos años después de su nacimiento, el canal  superó el millón de seguidores y desde el 2013 ha sido el de mayor número de suscriptores en YouTube, solo superado por el Spotlight Channel al final del 2013. Desde entonces, sigue siendo el canal más visto y hoy en día pasa de los 39 millones de abonados. Sin contar los ingresos por merchandising y la venta de videojuegos, este canal que llama a sus seguidores «Bros» y a todos ellos en conjunto los define como la «Armada Bro», originó unos ingresos de más de cuatro millones de dólares en el 2013, y 7,4 al año siguiente, lo cual le debe permitir vivir muy cómodamente con su pareja Marzia Bisognin, una youtuber italiana también muy exitosa, en la amable ciudad de Brighton, al sur de Inglaterra, donde intentan pasar desapercibidos.

Divertido, alegre, actual...

Sus comentarios y lo simple de su propuesta han sido criticados y los analistas más sesudos se preguntan cómo es posible que alguien así pueda hacerse millonario simplemente jugando con una videoconsola. El signo de un  tiempo frívolo y banal añaden algunos. Divertido, apasionado, alegre, actual, para otros. Pero Felix no solo moviliza a su armada a la hora de ver videojuegos, también lo ha hecho para recaudar dinero para causas benéficas, como el Banco Mundial para la Naturaleza o Save The Children. Recientemente logró dar acceso a agua limpia a más de 10.000 personas en Ruanda. Cuando le preguntan qué hace, siempre contesta que le gusta. Uno de los problemas de la industria del entretenimiento es que debido a la gran competitividad en la que viven sus principales actores, estos son en su mayoría gente agobiadas. Y no es fácil ser divertido cuando vives angustiado. Felix disfruta con lo que hace, es auténtico y trasmite felicidad sin postureo alguno. Por eso, tantos lo eligen de compañía frente al malhumor prefabricado por inteligente que parezca.