El PP y la extrema derecha europea

XAVIER RIUS

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Todas las encuestas ante las elecciones europeas de mayo coinciden en que la extrema derecha no solo obtendrá representación en la mayoría de países sino que en alguno, como Francia, puede ser la fuerza más votada. Una extrema derecha que centra su discurso en el no a la inmigración, sobre todo islámica, y en la presunta pérdida de soberanía a causa de la pertenencia a una Unión Europea que somete las economías a intereses que empobrecen a la población. Dos elementos que combina con una crítica a la corrupción.

En algunos países en los que la crisis es más intensa o la memoria histórica está adormecida, esta extrema derecha no ha maquillado su discurso. Es el caso del Jobbik húngaro, que rememora el régimen nazi y acosa a gitanos y judíos, o de Amanecer Dorado de Grecia, que persigue a gitanos e inmigrantes. Son ultras que no niegan su neofascismo.

En cambio, el resto de grupos de extrema derecha reivindican su identitarisno con el rechazo a los dictados de Bruselas y justifican su islamofobia como una defensa de los valores de libertad. Es el caso del Frente Nacional francés transformado por Marine Le Pen, que tras arrinconar el negacionismo del Holocausto de su padre ha pasado a considerar a Israel el baluarte de Occidente frente al islam. Le Pen y el holandés Geert Wilders han sellado una alianza para que la extrema derecha antiislámica y partidaria de la recuperación de la soberanía monetaria y de fronteras obtenga buenos resultados en las elecciones europeas.

Sorprendentemente, España es uno de los pocos países de la UE en los que parece que ni la extrema derecha rancia ni los euroescépticos populistas van a obtener representación, pese a ser uno de los países más aquejados por la crisis y la corrupción. El grupo con mayor representación, Plataforma X Catalunya, ya ha anunciado que no se presentará. Sí ha manifestado su disposición a hacerlo España en Marcha, autora del ataque a la Generalitat en Madrid, con la unidad de España y el retorno a la autarquía franquista como ejes. Habrá otras candidaturas, como la del Movimiento Social Republicano, la de los antiabortistas ultracatólicos de Alternativa Española y la que impulsa Alerta Digital. Pero la posibilidad de que obtengan 300.000 votos es muy escasa, y más si van por separado. Y juntos es difícil que lo hagan, ya que algunos proponen la supresión de las autonomías y otros, como PxC, no las cuestionan.

Y es que, al margen de que Aleix Vidal-Quadras pueda dar el paso al frente con unas nuevas siglas, la extrema derecha sociológica que no es neofranquista pero no condena el franquismo, que no quiere eliminar las autonomías pero rechaza el federalismo y el  separatismo y que no quiere suprimir las libertades pero desea mano dura se encuentra en un PP que responde a sus expectativas con la negativa a negociar con Artur Mas, el propósito de  poner orden con la ley de seguridad ciudadana de Jorge Fernández Díaz y la restricción al máximo el derecho al aborto. Periodista.