Al contrataque

La evolución

ANA PASTOR

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Tenía unos 10 años. Sufría una dolencia conocida como craneosinostosis. Es una de las denominadas enfermedades raras. Los huesos del cráneo del bebé se fusionan prematuramente provocando, en algunos casos, un retraso en el desarrollo. Parece ser que su madre sufrió una caída durante el tramo final del embarazo. La pequeña Benjamina sobrevivió todos esos años gracias al cuidado de los suyos. Sin ellos no lo habría conseguido. El grupo nunca la dejó atrás. Esa historia no es de la España de hoy. Es de hace medio millón de años. Ocurrió en la sierra de Atapuerca (Burgos), donde fue encontrado su cuerpo. La historia ha sido relatada gracias al espectacular trabajo del equipo del paleontólogo y profesor Juan Luis Arsuaga. Es emocionante escucharle explicar que no es un caso único. Otro de los cuerpos, de mucha más edad, sufría una problema en la cadera y los investigadores creen que los suyos lo ayudaron a desplazarse por la sierra burgalesa. Se ha podido comprobar también que le masticaban la comida porque él solo no podía. De lo contrario, habría muerto mucho antes. El grupo nunca lo dejó atrás.

Retroceder 500.000 años

Resulta curioso observar cómo la historia de la evolución del ser humano indica que estamos retrocediendo. Quinientos mil años después vivimos en un país que, de alguna manera, deja atrás a una madre, Laura, que ha tenido que elegir entre encender la calefacción o pagar el tratamiento de su hijo enfermo, un niño autista. O a Juanita, la madre de una joven tetrapléjica que tiene que sobrevivir con una pensión no contributiva de 360 euros al mes. Laura y Juanita son los iconos de la sociedad que estamos creando. España, siglo XXI. Según explica Cruz Roja, un 36% de las personas que atiende no pueden poner la calefacción. Y más de la mitad de los mayores a los que visita viven con pensiones medias de unos 500 euros y además ayudan a sus familiares. Han pasado 500.000 años y ahora sí dejamos atrás a los más débiles, a los que no pueden ni andar ni masticar la realidad.

Pero esta tesis tiene matices. No es el grupo quien lo está haciendo, sino quienes tienen el poder (o a quien se lo hemos dado). Están provocando que se imponga la ley de la selva, más propia de la prehistoria que de culturas civilizadas. Que sobreviva el más fuerte, que se pague el médico el que tenga dinero, y así con la educación, las pensiones y muy pronto la justicia. Y frente a esto, es la sociedad quien está protegiendo al que está a punto de caer. Es el grupo quien, aun estando en mala situación, echa una mano a Juanita y a Laura, porque de lo contrario ya habrían caído ellas y sus familias. Quizá tenga razón el profesor Arsuaga, quizá merece la pena mantener la fe en el ser humano. Pero de manera selectiva. En los que, como Juanita y Laura, tiran hacia adelante a pesar de todo. Feliz Navidad. O lo que sea.