¿Europa, actor global?

Tal como informó ayer este diario, Estados Unidos prepara un ataque inminente contra objetivos militares en Siria. Los tres actores que hoy condicionan la geopolítica mundial son EEUU, la República Popular China y Rusia, lo que contrasta con la inexistencia de una política exterior europea común digna de tal nombre. En el escenario internacional, Europa solo se hace notar de manera polifónica y en función de los intereses y las políticas de los estados de tradición histórica imperial y con sistemas militares comparativamente potentes. Francia y Gran Bretaña, básicamente. Este gran déficit del proyecto europeo debilita gravemente la dimensión política de Europa y hace más difícil encontrar los necesarios equilibrios de la política internacional en este nuevo contexto de globalización y multipolaridad.

Ante el papel fuertemente emergente de Rusia y, sobre todo, de China, en los últimos años ha habido quien ha hecho el elogio de según qué formas despóticas del poder argumentando que han dado la estabilidad que ha hecho posible un crecimiento económico sostenido y vigoroso. Pero en la medida en que el autoritarismo conlleva opacidad, y la opacidad corrupción generalizada, es dudoso que esta asimetría entre economía política y cultura se pueda mantener indefinidamente. En cualquier caso, es evidente que sin democracia puede haber desarrollo económico, pero nunca progreso social. Pese a las políticas regresivas de los últimos años, Europa aún es la región del mundo en la que mejor conviven la prosperidad económica, el Estado del bienestar, los derechos y las garantías democráticas y el respeto a la diversidad. Europa podría ser un actor político global capaz de representar unos valores que para una gran parte de la población mundial aún son utópicos. Pero esto no será posible mientras no avancen de manera mucho más decidida los procesos de integración y federalización del proceso de construcción europea.