El coste de la enseñanza

Estudiantes universitarios en precario

Hoy, cursar una carrera en Catalunya cuesta el triple que hacerlo en Andalucía, Galicia o Extremadura

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ilustracion de leonard beard / periodico

SISCU BAIGES

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"Si me suspendes tendré que repetir la asignatura y me supondrá un palo económico". "Solo me has puesto un 9 y necesito más nota si quiero que me den la beca que necesito". "¿Puedo salir media hora antes de que termine la clase? Tengo que trabajar de camarero. Pagan poco, pero no puedo pasar sin ese dinero". "Me quería matricular en otra carrera pero es demasiado cara". "Me es imposible apuntarme al máster que me gustaría cursar. En casa no podemos hacer frente a este gasto".

Son frases reales. De alumnos que tengo en la facultad donde trabajo como profesor asociado. La crisis, los recortes en los presupuestos públicos, la tendencia a privatizar servicios, han provocado un impacto social terrible. Las dificultades y angustias que tienen nuestros estudiantes para acceder a la universidad y centrarse en el aprendizaje sin sufrir por el dinero que les cuesta a ellos o a sus familias no están muy presentes en nuestros medios de comunicación. Y tampoco en la agenda de los políticos con responsabilidades en esta materia.

COSTE DUPLICADO EN DOS AÑOS

Para terminar una carrera universitaria es necesario aprobar un determinado número de créditos. Hasta el 2011, Navarra lideraba el ránking de comunidades donde esos créditos eran más caros. Desde ese año, Catalunya la sustituyó en este liderazgo. Un decreto del Gobierno del PP sobre medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo elevó la parte de la matrícula que deben pagar los estudiantes hasta un techo de entre el 15% y el 25% del coste total del servicio. El Govern de CiU en la Generalitat se apuntó inmediatamente a la franja más alta. En dos años, el coste de los créditos universitarios se duplicó. Hoy, cursar una carrera en Catalunya cuesta el triple que hacerlo en Andalucía, Galicia o Extremadura.

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El coste mínimo de un curso universitario en Catalunya es de 1.750 euros. En Europa, solo en Irlanda, Irlanda del Norte, Gales, Letonia y Lituania es más elevado este coste. En 13 países europeos, la matrícula es gratuita, incluidos Alemania, Suecia, Noruega, Polonia o Grecia.

RECLAMACIÓN CONJUNTA

Los rectores y los presidentes de los consejos sociales de las universidades públicas presentaron, el pasado 27 de octubre, una declaración conjunta para reclamar al Gobierno catalán mejoras en la política universitaria. Reclaman que se reduzca el precio de las matrículas y se rebaje la parte que pagan los universitarios del 25% al 14% del coste calculado del servicio. Es un paso necesario si de verdad se pretende continuar vendiendo la idea de que, en nuestro país, el acceso a la enseñanza superior es universal. Nunca ha sido del todo así. Desde hace cinco años, aún menos.

Producía escalofríos la carta que Alfonso López envió desde Arenys de Mar a EL PERIÓDICO meses atrás, titulada "Perdóname, hijo, no te podré pagar la universidad". Si con un poco de suerte su hijo consigue el dinero suficiente para ir a la universidad, le toca ser alumno mío y hace un examen deficiente, ¿con qué cara le suspendo?