El epílogo

La España intervenida

ALBERT Sáez

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Zapatero se presenta hoy en la Cumbre Europea con los deberes hechos. Aprobado el plan de ajuste para el 2010 por decreto ley, encarrilada la reordenación de las cajas y publicado un decreto de flexibilización del mercado de trabajo. Ha tomado medidas duras, ha gobernado y, sobre todo, ha roto el mito de la huelga general que lo tenía maniatado en los últimos dos años. Al mismo tiempo tiene abiertas nuevas incógnitas. No se ha asegurado la mayoría necesaria para convalidar el decreto de la reforma laboral. Ni mucho menos cuenta con aliados fiables para tramitarlo como proyecto de ley. Y los presupuestos generales han quedado atados de pies y manos al futuro del Gobierno vasco.

Si sus colegas de la UE le pusieran nota se moverían entre el «progresa adecuadamente» y el «necesita mejorar». Zapatero ha vencido su parálisis pero aún le queda mucha tela que cortar. Le piden un ajuste más drástico para el 2011. No es que le tengan manía sino que mientras tengamos el paro que tenemos y el crecimiento esté estancado la única manera de cuadrar caja es la reducción de los gastos. Al Estado le pasa lo que nos pasa a todos: si tenemos contratos temporales con salarios bajos nos cuesta más tener crédito.

Ortodoxia económica

Zapatero ha seguido un traumático proceso de sometimiento a la ortodoxia económica, aquella que le sugirió Solbes hasta la extenuación. Y la que de manera más o menos amable le han sugerido Duran, Erkoreka, Ridao y el mismísimo Rajoy aunque ahora reniegue de ello. A esa ortodoxia tantas veces reclamada ahora algunos cronistas líricos le llaman la «intervención del Directorio Europeo». No le llamaron así cuando el Banco Mundial y Willy Brandt convencieron a Suárez y González para que firmaran los Pactos de la Moncloa. Ni cuando Helmut Kohl llamó a Pujol para que sostuviera consecutivamente los gobiernos en minoría de González y Aznar. Y mucho menos se les ocurrió hablar de una España intervenida cuando Franco pasó de la autarquía al Plan de Estabilización. Todos hicieron lo que debían, menos Zapatero, que ha sido intervenido.