'Influencers' y moda
Ese feminismo de consumo
Es una paradoja perversa lo que estamos vendiendo a nuestras adolescentes: siéntete segura de ti misma, pero no demasiado
Lucía Etxebarria
Escritora
LUCÍA ETXEBARRIA
La semana pasada se viralizó un vídeo de la 'influencer' más famosa de este país en el que animaba a sus seguidoras adolescentes a quererse tal y como eran. En dicho vídeo les vendía la idea de que las mujeres son las primeras que critican a las demás mujeres. Nena, si vendes moda y todas tus seguidoras son mujeres, no cabe duda de que alguna te criticará, que así es internet. Pero lo cierto es que incidir en este tópico machista no queda muy bien en un vídeo que habla de sororidad.
El anuncio presentaba a un montón de chicas que lucían la marca de lencería que la 'influencer' promociona (cobrando, claro) y… bingo. No hay tallas grandes, por lo que la chica talla XL tiene que lucir un conjuto 'nude' cuando las demás lo llevan blanco.
A la hora de destacar lo más bello de cada una de las chicas se decía que la chica XL tenía los ojos y las manos muy bonitas. Un culo o unas tetas bien grandes, por lo visto, no es bonito para dicha marca (aunque sí lo sea para mucha gente). Y por último, resulta que la 'influencer' que viraliza el susodicho vídeo tiene una marca de ropa… que no vende la talla XL.
Este vídeo se parece a un vídeo reivindicativo y que transmita algo de sororidad tanto como yo me parezco a Penélope Cruz aunque las dos seamos morenas de ojos negros.
La mujer que compra mucho lo hace porque quiere lucir mejor, porque no está del todo contenta consigo misma
Hay un tipo de feminismo "sí, pero no", el tipo de feminismo que sirve para vender camisetas lencería, ropa… Pero la mujer que compra mucho lo hace porque quiere lucir mejor, porque no está del todo contenta consigo misma. Es ese feminismo de anuncios de jabón que presentan a "mujeres reales", mujeres con más peso que la modelo media pero convenientemente 'photoshopeadas': una cosa es que no sean delgadísimas, otra es que las animemos a dejar de comprar cremas anticelulíticas o ir al gimnasio. Es un feminismo 'light' muy alejado del transfeminismo, más comprometido, que incluye ente sus propuestas la ecología y el anticonsumismo.
Es una paradoja perversa este feminismo que les estamos vendiendo a nuestras adolescentes: siéntete segura de ti misma, pero no demasiado. Feminismo de consumo.
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