¿Es posible que vuelva Aznar?

Todos tenemos el derecho de tener simpatías y antipatías. Cada ser humano tiene la capacidad de sentir, los sentimiento son personales e intransferibles, como se dice de unos determinados documentos personales. Las simpatías y las antipatías suelen nacer por causas que a veces se pueden concretar y explicar por unos hechos concretos. Hay personas que son muy susceptibles y llegan a convertir la antipatía en odio.

A veces alguien ha decidido que yo no era muy simpático, que en una conversación había sido demasiado "frío". Quizá sí, reconozco que a veces se me nota que ese tema no me interesa. ¿Qué costaría, de vez en cuando, una discreta inclinación de la cabeza para contribuir afirmativamente a una afirmación colectiva?

Uno de estos días, acudiré a nuestra peña de amigos y les haré esta pregunta: ¿Qué opináis del regreso político público de José María Aznar? Lo que tengo que admitir es la tendencia que tiene Aznar a hacer vaticinios rotundos, como cuando dijo: "Antes de romperse España se fracturará Catalunya".

Hay gente amiga de dictar sentencias, no tengo nada que decir, lo que ocurre es que los sentenciosos exponen a menudo a quedar desacreditados ante la historia. Por un motivo: la sentencia no es el fruto de una reflexión seria, sino de una pasión, de un deseo. Practicar la objetividad no es fácil, porque nos es imposible sorprendernos de lo que tenemos muy arraigado. Los tópicos, los tics que nos acompañan a lo largo de la vida, no tienen por qué hacernos daño.

Como decía, me sorprende la voluntad de Aznar de reaparecer. Mariano Rajoy siempre defendió que Aznar es un referente. Francamente, sería muy interesante explicarlo con la necesaria precisión: ¿un referente de qué? ¿Es que algún día volverá el aznarismo? Raimon cantaba: "Un tiempo que ya no es nuestro, un país que ya vamos construyendo..." Paciencia.