Una infraestructura urbana controvertida

Enredados en el túnel de Glòries

La idea del paso de coches bajo el nudo ferroviario fue un error por cara y por no ayudar a la sostenibilidad

Vista general de las obras de la plaza de las Glòries, ayer.

Vista general de las obras de la plaza de las Glòries, ayer.

MARIA RUBERT

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Glòries es el centro geométrico de Barcelona. Ha pasado 150 años sin ser una plaza y puede seguir unos meses más. Si imaginamos un espacio bonito faltan continuidad de las actividades en los perímetros y lugar para autobuses, taxis, tranvías, metros y ferrocarriles, propios de un hipercentro. Los nuevos edificios para viviendas y el parque harán más doméstico y cómodo el espacio.

El cruce más importante de Catalunya está en obras desde los años 60. Meridiana y Gran Vía se prolongaron como viales de acceso a las nuevas autopistas. No había rotondas en aquellos años y las soluciones a los cruces se hacían con escaléxtric que en los 90 se desmontaron, por el bien de todos. Años mas tarde se cubrió la fisura de las rondas saturadas de coches, y aparecieron espacios públicos donde no había.

LAS DISCONTINUIDADES DE LOS TUNELES

Esto contribuyó a popularizar la idea de que la solución para una calle con tráfico era soterrar los coches; olvidando no solo los costes económicos, sino las discontinuidades que los túneles generan. ¿No parece más confortable el tramo central de Gran Via, donde pasan muchos coches con las aceras al mismo nivel, que las soluciones de sus extremos? Más allá de plaza de España la arquitectura es similar, pero la interrupción que provoca el túnel sentenció la continuidad de la avenida. A partir de Glòries hacia el Maresme la sección deprimida con calles que solo cruzan cada tres, separa el tejido del barrio a cada lado.

La calidad y acierto de las mejores obras públicas de los últimos años no se mide por el ajuste a los plazos de ejecución, sino por la adecuación a las necesidades de los tiempos. Es reciente el rastro de incertidumbre que dejó la transformación del Fòrum, un enorme esfuerzo económico cargado de buenas intenciones y acabado a tiempo.

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El compromiso de las ciudades con el medio ambiente y el consenso ciudadano respecto a la necesidad de mejorar el aire y reducir la presencia del coche es unánime. No se trata de esconderlos, sino de alejarlos de la ciudad y recuperar el espacio que ocupan por el ciudadano.

LA FLUIDEZ DEL TRÁFICO

La situación actual de Glòries demuestra, mejor que ningún estudio de tráfico, que los coches han buscado otros caminos y no pasa nada. La idea de un túnel por debajo del nudo ferroviario, que pedían las bases del concurso, se demuestra que fue un error: por caro y fuera de las prioridades de una ciudad moderna, comprometida con la sostenibilidad. ¿Es hoy necesario un túnel para hacer más fluido el tráfico en la plaza? Tengo la impresión de que puede coger forma y funcionar mejor sin este sobrecoste.

Los túneles para coches son símbolos del pasado, como los escaléxtrics. Hay muchos ejemplos de túneles reaprovechados. Bajo tierra hay bellas iglesias, salas de conciertos, auditorios, museos y también piscinas. El actual puede servir de almacén por un tiempo o para construir la cota 0 de la plaza. Y pensar en que los coches pasen, de forma educada, junto a las aceras