MIRADOR

Empiecen pronto, que vamos tarde

En el momento actual, que Ciudadanos entrase en el Gobierno sería lo mejor para España

Mariano Rajoy, en rueda de prensa en el Congreso.

Mariano Rajoy, en rueda de prensa en el Congreso. / periodico

JOAQUIM COLL

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Mariano Rajoy sabe que no va a resultar investido únicamente con sus 137 diputados y la abstención general de Ciudadanos y PSOE en segunda vuelta. Ese plan, que Albert Rivera verbalizó el martes, no tiene ningún recorrido. Sería un Ejecutivo tan débil que nos abocaría a otras elecciones a medio plazo. En el PSOE solo contemplan la posibilidad de transitar hacia la abstención si Rajoy se presenta en el Congreso con más apoyos que lo sitúen cerca de la mayoría absoluta. Y eso pasa por un acuerdo de legislatura o, mejor aún, un gobierno de coalición entre populares y 'ciudadanos'. No hay otra suma.

Para ello se requieren dos cosas: más tiempo y mucha negociación. Los de Rivera no pueden pasar en solo tres semanas de decir que Rajoy está imposibilitado para reformar nada a sentarse en el Ejecutivo con él. Además, necesitan más tiempo para comprobar si en el PP hay auténtica voluntad negociadora. Por ahora, Rajoy pretende que le regalen la investidura in extremis ante la amenaza de unas terceras elecciones.

Al PSOE le está pidiendo desde todas partes mucha responsabilidad, como si de él dependiera la gobernabilidad. Es una exigencia injusta e interesada que solo pretende erosionar a los socialistas. A quien hay que exigírselo de entrada es a la fuerza que ha ganado las elecciones y quiere formar gobierno. El candidato Rajoy tiene el deber de ponerse a negociar a fondo, haciendo propuestas y más propuestas. Por su parte, Ciudadanos debe decidirse pronto si quiere entrar en el Gobierno. En el momento actual, sería lo mejor para España, que nunca ha experimentado una coalición en el Ejecutivo central.

Los resultados electorales casi obligan a ello. Es la única fórmula que puede dar estabilidad. Rivera dispone de una carta de oro para no parecer que se entrega a los populares: exigir que el acuerdo de 200 medidas reformistas que pactó con Pedro Sánchez hace unos meses sea el punto de partida de las negociaciones con Rajoy. En la Comunidad de Madrid, PP y Ciudadanos estuvieron un mes negociando. Empiecen pronto, por favor, que vamos tarde.

Si ese escenario fructificase, el PSOE no bloqueará la investidura, aun ejerciendo nítidamente de oposición, por mucho que Podemos se lo reproche desde la demagogia. Sánchez verbalizó por primera vez esa posibilidad el miércoles. No serán un obstáculo, dijo. Además, a los socialistas les interesa que Ciudadanos se consolide como opción de centro liberal para que el PP no vuelva a ocupar ese espacio en el futuro. Y la única forma que tienen los de Rivera de no ser irrelevantes es estando en el Gobierno, aunque sea muy arriesgado. Justo lo contrario de lo que desearían los populares. Preferirían sacar adelante la investidura de Rajoy con una abstención general para luego ir haciendo pactos variables, incluyendo a los nacionalistas. Nos espera un largo verano por delante, hasta el cansancio.