La batalla de BCN

El primer legado de Valls

La candidatura del exprimer ministro francés ha puesto en valor la política municipal, la que se ocupa del entorno más cercano al ciudadano

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Eva Arderius

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Es difícil adivinar si Manuel Valls será o no el próximo alcalde de Barcelona, si su discurso de la moderación y orden convencerá y obtendrá unos buenos resultados, si volverá a Francia y si ni tan solo terminará la campaña. Pero el exprimer ministro francés ya ha dejado un primer legado: su aparición en esta trepidante carrera electoral ha puesto en valor la política municipal, la que se ocupa del entorno más cercano al ciudadano.

Hace tiempo que vivimos a la sombra del proceso, del tsunami político en Catalunyaa. Nada ha sido más importante. Y hay motivos de peso que lo justifican, lo que pasó hace justo un año, el 1 de octubre y el encarcelamiento de políticos y líderes sociales. El contexto en el que vivimos des de hace meses y que hemos revivido intensamente estos días ha provocado que nada preocupe tanto como la independencia. Este ha sido el principal punto de unión del Govern y ha quitado peso a las discrepancias entre Junts per Catalunya y Esquerra sobre educación, modelo económico e incluso el camino para llegar al objetivo final. Y mientras esto pasa, Valls lo aprovecha y abre un escenario de posibles nuevas alianzas y nuevos argumentos políticos.

Cambio del foco mediático

En su primera comparecencia, el exprimer ministro francés dedicó solo tres minutos a hablar del 'procés', quizá no le hace falta, todo el mundo sabe lo que piensa y en qué lado del tablero se sitúa. Lo que sorprendió más fue oírle hablar de problemas tan locales y cotidianos tanto para los barceloneses como los narcopisos del Raval o el 'top manta'. De repente, el foco mediático que acompaña a Valls, al menos en este inicio de precampaña, ilumina cuestiones que hasta ahora solo se abordaban desde la política municipal. Una política que de repente se ha hecho mayor. Ha dejado de ser la hermana pequeña de la que se hace en el Parlament, protagoniza las tertulias más mediáticas y provoca que salgan especialistas en Barcelona de debajo las piedras.

Valls ha multiplicado el interés por las elecciones de Barcelona, ha puesto en guardia a todos los partidos y a la alcaldesa. Ada Colau ha encontrado en contrincante perfecto para polarizar la campañaAda Colau y remarcar que a diferencia de él, ella es la alcaldesa del pueblo.

Hace tiempo que en política pasan cosas muy extrañas. Que el mundo parece al revés, hace solo semanas todo hacía prever que el 'procés' podía tener una influencia decisiva en el resultado de las elecciones municipales y ahora todo apunta que serán los comicios barceloneses los que pueden girar las cosas y provocar un cambio en la pantalla 'processista'. Los resultados de las elecciones de Barcelona pueden romper los bloques actuales, crear nuevas coaliciones que hasta ahora no habíamos visto, medir la fuerza de las formaciones actuales e impulsar nuevos liderazgos, en definitiva, pueden ser determinantes para la solución de la crisis política e institucional más grave de las últimas décadas. Al final será la posición sobre el tranvía, la manera de luchar contra el 'top manta' y la solución para los narcopisos lo que decidirá quién gobierna en Barcelona y cómo se afronta lo que queda de mandato en el Parlament. En mayo, Barcelona ejercerá más que nunca de capital de Catalunya o de capital de Europa, como quiere Valls. Veremos.