ANÁLISIS

'The Economist', España y Catalunya

El semanario cree que se precisará un Gobierno fuerte, de coalición entre dos partidos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 27 de julio, en la Moncloa.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 27 de julio, en la Moncloa. / DAVID CASTRO

Joan Tapia

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'The Economist', semanario inglés nacido en 1843 para defender el liberalismo, tiene hoy más lectores fuera que dentro de Gran Bretaña y gran influencia sobre los círculos dirigentes de todo el mundo por la gran calidad de sus análisis. Acaba de publicar un editorial y un 'briefing' de nueve páginas sobre la situación de España que será leído con atención por muchos inversores y empresarios.

Para 'The Economist', España ha superado la crisis gracias a reformas dolorosas que, con ayuda de la suerte, han dado como fruto un crecimiento vigoroso. Además, el sistema político ha sabido absorber el populismo de Podemos. La asignatura pendiente es la crisis catalana que gravita sobre todo. El dictamen es positivo: "Aunque muchos españoles no lo crean, en muchos aspectos España es uno de los mejores países para vivir".

Pero superar las graves consecuencias sociales de la crisis exige apuntalar con acierto la recuperación económica y para ello se precisa un Gobierno fuerte, con mayoría parlamentaria, capaz de seguir reformando estructuras caducas. Y España, desde las elecciones del 2015, no tiene un Gobierno con mayoría estable.

Con los cuatro partidos actuales, la única fórmula sería un Gobierno de coalición, inédito hasta ahora en la democracia española. 'The Economist' ve al PP lamiendo sus heridas e incapaz de recuperarse a corto, y a Podemos, como un partido aún no preparado pese a que algunos dirigentes se mueven hacia la socialdemocracia. La solución sería pues una coalición entre los socialistas y Cs.

Pero la receta de 'The Economist' topa con el conflicto catalán. Para el semanario, Mariano Rajoy no logró encontrar la fórmula entre firmeza, comprensión y proporcionalidad, y la justicia "independiente, pero a menudo ciega ha empeorado las cosas". "Acusar a [CarlesPuigdemont y a otros dirigentes secesionistas de rebelión... fue un error... y, previsiblemente, un tribunal alemán ha decidido que Puigdemont no puede ser extraditado por rebelión", señala. Así, añade: "Lo mejor sería dejar libres a los presos y juzgarlos por desobediencia a la Constitución con penas solo de inhabilitación".

"Nación cultural"

La solución factible para 'The Economist', que afirma que el instinto de Pedro Sánchez al abordar el conflicto es mejor que el de Rajoy, es el reconocimiento de Catalunya como una "nación cultural" dentro de España, pues el referéndum de autodeterminación no cabe en la Constitución y no es admitido por los países de la UE.  

El problema es que una solución de este tipo -que podría ser estudiada por Sánchez- está en las antípodas de lo que piensa, al menos hoy, Albert Rivera, que en esta cuestión está más cerca del PP que del PSOE.

El análisis de 'The Economist' es brillante y equilibrado, pero las soluciones racionales y sensatas que propone están lejos, al menos en algún aspecto, de lo que piensan las cúpulas de los partidos políticos españoles. La alianza del PSOE y Podemos no le gusta -y tiene razones-, pero la coalición de socialistas y Cs se estrella hoy por las posiciones respectivas ante el conflicto catalán.