Ramón Lobo

Periodista

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Duelo de egos nucleares

Trump y Kim Jong Un

Trump y Kim Jong Un / periodico

La amenaza de Donald Trump a Corea del Norte, la de lanzar un ataque de “fuego y furia jamás visto”, se ha quedado vieja en 24 horas. La nueva bravata ha sido decir que las armas están “preparadas y cargadas”. En el otro lado del tablero de juego está Kim Jong-un, el malo oficial de esta película. Ambos, Trump y Kim tienen en común dos rasgos psicológicos: niños grandes caprichosos y narcisistas.

Parece que Trump no termina de comprender, o le da igual, que en un mundo globalizado, un presidente de EEUU nunca se dirige en exclusiva a su electorado. Habla urbi et orbe como los papas de Roma. La escalada verbal coincide con el avance de las investigaciones de la pista rusa. Trump necesita crear cortinas de humo. En sus seis meses de presidencia es lo único que ha hecho: emitir humo.

El fiscal especial Robert Mueller, que investiga si el equipo de Trump se conchabó con el Kremlin para descarrillar las opciones presidenciales de Hillary Clinton, debe tener suficientes evidencias como para convocar un Gran Jurado. Esta semana, el FBI entró con orden judicial en una de las viviendas de Paul Manafort, exjefe de la campaña electoral.

El Gran Jurado protege el trabajo de Mueller y permite emitir citaciones. Además de Manafort están en el punto de mira el hijo del presidente, Donald Trump junior, y el marido de su hija IvankaJared Kushner. Aunque nada señala aún al presidente, este se comporta como si fuera el centro. También dijo ser víctima de “la mayor caza de brujas de la historia”.

Es un político grandilocuente cuando habla de sí mismo. Añádase que no consigue desactivar el Obamacare y tenemos un cuadro que invita a la huida hacia delante. En este contexto, el duelo verbal entre Trump y Kim es preocupante.

Tras la frase de “fire & fury”, Trump tuiteó: “Mi primera orden como presidente fue la de renovar y modernizar nuestro arsenal nuclear. Ahora es mucho mas fuerte y poderoso que antes”. Es decir, en seis meses, el trabajo está hecho; todo lo demás es fake news”.

Esta escalada de amenazas se produce días después de que el Consejo de Seguridad de la ONU impusiera sanciones a Pionyang. Se adoptó por unanimidad, con el apoyo de China. Fue un gran éxito diplomático. Pero para Trump lo sensato no es trending topic.

Poder regional

China es el poder regional (y mundial) que debe llevar el peso de la presión. Si Pekín cerrase su frontera con Corea del Norte, el régimen se desmoronaría. Nada de esto entra en el radar de compresión de Trump. Sus palabras preocupan en Asia. Kim Jong-un, al que también le encanta sentirse protagonista, replicó que estudia un ataque a Guam, una excolonia española convertida en una importante base militar de EEUU. En Guam están alarmados pero no sabemos quién les preocupa más.

La Casa Blanca salió a apagar el primer incendio trumpiano con dos líneas de interpretación. La del Departamento de Estado, más moderada, que se reafirma en la vía diplomática, y la del Pentágono que advierte que Kim Jong-un se juega la supervivencia de su régimen.

La revista 'The Economist' publica esta semana una portada con un hongo nuclear compuesto por dos cabezas, la de Kim y la Trump, y advierte que la opción militar es la peor de todas las opciones a sabiendas de que con Pionyang no hay opciones buenas.

Un poco de contexto histórico. Corea del Norte es el único país que ha realizado pruebas nucleares en el siglo XXI. Solo en 1962, EEUU realizó 96. En el histórico acumulado, EEUU encabeza la clasificación con 1.032 pruebas. Le siguen la URSS (715), Francia (198), Reino Unido y China (empatados a 45), Corea del Norte (5), India (3) y Pakistán (2).

Paz nuclear

Durante la Guerra Fría entre Washington y Moscú, la paz nuclear se basó en un principio: Mutual Assured Destruction, cuyas siglas MAD también significan loco. EEUU llegó a tener 31.255 cabezas nucleares; la URRS, 40.149. Afirmar que hemos estado sentados sobre un arsenal con capacidad para 71.404 Hiroshima es quedarnos muy cortos.

La capacidad de destrucción de cada una de esas cabezas es miles de veces superior a la de Little Boy, el nombre dado a la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945. Tenía 15 kilotones. El 9 de ese mismo mes de 1945, EEUU lanzó otra de 21 kilotones llamada Fat Man sobre Nagasaki. Murieron 90.000 y 166.000 personas. EEUU es el único país que ha lanzado bombas atómicas sobre poblaciones civiles.

La mayor prueba nuclear la realizó la URSS en 1961. La bomba se llamó 'Zar'. Su potencia era de 50 kilotones, 3.333 veces más potente que Hiroshima.

Hagan juego señores.