Nueva temporada cultural

Dos días de septiembre

Además de movilizaciones, me gustaría que Torra anunciara un otoño en el que poder levantar el telón tranquilos

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Josep Maria Pou

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El mismo día (6 de septiembre) en que Daniel Martínez, presidente del Grupo Focus, presentaba la oferta de sus teatros para la nueva temporada, se cumplía un año del primero de los dos días (6 y 7 de septiembre) más tristes de la historia catalana reciente. Martínez ilustró con cifras (números cantan) las pérdidas que la situación creada por aquellos dos días y los meses siguientes supusieron para el sector teatral: el primer trimestre de la temporada pasada arrastró caídas importantes, nunca antes vistas de manera tan abrupta, de la asisténcia del público al teatro. 24.000 espectadores menos que en el mismo periodo del año anterior, en lo que se refiere solo a los cuatro teatros gestionados por Focus. Súmenle el equivalente al resto de teatros de la ciudad y podrán hacerse una idea del desastre.

El Govern actual y los partidos con mayoría en aquellas sesiones han querido pasar como de puntillas, calladamente, por esos dos días clave. Pero dos voces, entre otras, han roto ese silencio con dos aldabonazos: la del histórico republicano Joan Tardà planteando un hamletiano dilema ("ingenuos o estúpidos") y la del entonces secretario de la Mesa del Parlament Joan Josep Nuet, con una entrevista en el programa 'Més 324', de TV-3, la noche del pasado jueves, en la que recordaba, al tiempo que reflexionaba con sinceridad digna de aplauso, sus vivencias de aquellos dos días: desgobierno, improvisación, atropellos, prisas, además de mucho no saber y no querer saber.

El próximo martes, 11 de septiembre, se inicia lo que parece que va a ser otro otoño agitado. El señor Quim Torra lleva tiempo llamando a la movilización y a llenar las calles con reivindicaciones de parte. Táchenme a mí ahora de ingenuo y/o estúpido, pero me gustaría que hubiera también, en algún momento, una llamada, un gesto, algo, por breve y mínimo que fuera, que pudiera leerse como una invitación a llenarnos de teatro, de cine, de lecturas, de música… Que anunciara, para la cultura, un otoño en el que poder levantar el telón tranquilos.