Ventana de socorro

'La donna è mobile'

ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Es la melodía más famosa de la ópera, pero cuando ves 'Rigoletto', te espanta la espeluznante situación dramática para la que Verdi la concibió. El duque de Mantua la canta mientras intenta seducir a la enésima mujer que luego utilizará y olvidará a conveniencia. Es el preludio de un crimen y para entonces el público ya sabe que el que es voluble, el que cambia de idea como pluma al viento, es el poderoso gobernante a cuyo capricho y arbitrariedad todos están sometidos.

Verdi no escribía una nota que no estuviera cargada de significado. Su ataque al poder tiránico (en su caso, el imperio austrohúngaro) le costó duras negociaciones con la censura. Hoy los teatros programan piezas de Verdi cuando necesitan taquillas seguras y es que el autor italiano, tan político y sensible al pensamiento de su audiencia, sigue conectando.

Escuchaba yo 'Rigoletto' y me acordé de la larga entrevista con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en un suplemento femenino: «Al presidente le gusta trabajar con mujeres. No le ponemos tantas pegas ni le llamamos tantas veces. Nos hace un encargo, lo ejecutamos y le rendimos cuentas», comentaba. Ajá, me dije, ese es el tipo de colaboradoras que prefiere, las que acatan y se callan. Entonces las mujeres en la política lo tienen todavía más complicado de lo que pensaba. Solo encabezan el 34% de las listas para las elecciones generales del 20-D. Únicamente los socialistas se han impuesto el 50% de candidatas; Ciudadanos todo lo contrario.

El 34% de féminas es una cifra mucho mayor que en otros sectores profesionales, donde la presencia de mujeres en altos cargos es ínfima, pero no resulta suficiente porque demuestra que algunos líderes políticos, como el duque de Mantua, dicen unas cosas y hacen otras, dicen 'la donna è mobile' y los que son volátiles son ellos que lo cantan. Pero para averiguarlo, hay que estar atentos a todo el libreto y a todas las notas, no vayamos a creernos que lo que en realidad es un mensaje siniestro, es un cantable alegre.