Las cifras de la EPA
¿Dónde estamos?
Las soluciones progresistas deberían buscar en la cualificación y la formación la estrategia fundamental contra el paro
Ramon Xifré
Profesor de ESCI-UPF e investigador de IESE
RAMON XIFRÉ
¿Cómo se pueden valorar los últimos datos de la EPAdatos de la EPA? La retórica optimista del Gobierno, que escoge ciertas magnitudes de la EPA e ignora las más incómodas, propone el relato de la "gran recuperación". Hay que seguir "trabajando" día a día para que, con el esfuerzo de todos, recuperemos los niveles de empleo y prosperidad de antes de la crisis. Como dice el presidente Rajoy, esto no se resuelve en un cuarto de hora pero vamos en la buena dirección. Por ello, se deduce, lo mejor que podemos hacer es seguir otorgando confianza a las reformas adoptadas en la legislatura anterior.
Las posiciones más críticas con este discurso sostienen que lo único que hay detrás de estas cifras es la creciente temporalidad y precariedad del mercado laboral español. Lo que observamos sería el resultante de dos efectos: la tendencia de algunas empresas de recortar sueldos a costa de lo que sea, unida a unas reformas laborales que lo ponen cada vez más fácil. Todo ello degenera en una elevadísima rotación laboral y la continua pérdida de población activa que, cansada de sueldos mínimos y de abusos varios, abandona decepcionada el mercado laboral. Estamos en una espiral destructiva, no solo en términos sociales sino económicos, que solo se revertirá si borramos la última legislatura.
BAJA CUALIFICACIÓN
¿Qué datos clave nos pueden ayudar a entendernos mejor nuestro mercado laboral? Un reciente análisis de María Jesús Fernández de FUNCAS de los datos de la última EPA aporta algunos. De este análisis, destacaría el problema de la baja cualificación, no solo de los desempleados sino de la población laboral en su conjunto. El 54% de los desempleados españoles tiene un nivel de cualifación que no alcanza la enseñanza secundaria completa y, para el conjunto de la población activa, el nivel se sitúa en el 38%. Estamos a la cola de la Unión Europea, por delante solo de dos países.
Quizá los que se sitúan en posiciones críticas harían bien en promocionar, no solo el activismo, sino también la formación vinculada a las empresas. Sinceramente no sé cómo se pueden plantear soluciones, que sean verdaderamente alternativas, sin recualificar primero a una parte importante de los desempleados. Si al debate del corto plazo le añadimos las implicaciones de la creciente mecanización del trabajo y la deslocalización, todavía está más claro que las soluciones progresistas deberían buscar en la cualificación y la formación la solución fundamental al desempleo.
Otro apunte, de una fuente distinta (Elise Gazengel), y que debería hacer reflexionar al Gobierno sobre dónde nos está llevando la regulación laboral y, quizá, a hacer algo de autocrítica y buscar soluciones distintas. Al parecer, el 11% de las personas que pasan la noche en los albergues de Barcelona tiene firmado un contrato laboral y, en algunos albergues concretos, como el de Creu de Molers en el barrio de Poble Sec, la mitad de los que allí se acogen tienen contrato. ¿Dónde estarían estas personas, con contrato en una empresa, si no estuvieran en el albergue?
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