La crisis política española

¿Dónde está aquella democracia?

Qué cansancio y qué repulsión por todas esas tramas, corruptelas, acusaciones entre partidos, sospechas, encubrimientos, amenazas y un agotador sinfín de decepciones

El fiscal jefe anticorrupción, Manuel Moix, en la cadena Ser, este martes por la noche.

El fiscal jefe anticorrupción, Manuel Moix, en la cadena Ser, este martes por la noche. / periodico

Carles Sans

Carles Sans

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Llevo unos cuantos días lejos de España, en un lugar que se distingue mucho del que vivo cada día. Durante este tiempo y por voluntad propia, me he mantenido ausente de la actualidad política española hasta el día en que no he podido evitar repasar 'on line' las noticias de este país. Unas noticias que se parecían tanto a las de antes de emprender el viaje que se diría que son las mismas. Qué cansancio y qué repulsión por todas esas tramas, corruptelas, acusaciones entre partidos, sospechas, encubrimientos, amenazas y un agotador sinfín de decepciones. 

Me acordé entonces de mi infancia y de Miguel, un amigo de mis padres que se manifestaba profundamente europeísta y demócrata, y que salía con frecuencia de aquella España franquista que repudiaba con apasionada agitación. Fue Miguel quien por primera vez me habló de la democracia como el mejor modelo de convivencia posible. Me citaba a Inglaterra y el orgullo que sentían los ingleses por la suya, representada por una corona que respetaban; me hablaba de la democracia francesa como defensora de las libertades adquiridas desde su revolución, de la seriedad suiza y su convencimiento del orden y la perfección, del civismo de Suecia, cuya reina, según me decía, se paseaba en bicicleta entre sus súbditos, todo en contraposición a la herrumbre fascista que dominaba aquella España sumida en una larga dictadura.

Años más tarde, muerto Franco, y después de muchos esfuerzos, conseguimos afortunadamente la nuestra, que no se parece exactamente a aquellas con las que me hicieron soñar durante mi infancia. Y es que no advierto aquel Shangri-La tan honesto, el de las cosas bien hechas cuya igualdad y trabajo eran, según Miguel, el resultado de gobiernos ejemplares que buscaban con honradez construir una sociedad mejor sin pensar en sus intereses personales. Ya sé que gracias al sistema descubrimos ahora la poca calidad del mismo, pero es una pena que estemos lejos del imaginado en mi niñez y con el que tantas veces soñé junto a mi añorado Miguel.