La rueda

Dime que me ves

NAJAT EL HACHMI

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Releo 'Dime que me quieres aunque sea mentira' de Montserrat Roig. En uno de los escritos del libro afirma: «como si dejara de existir aquello que no ha sido fotografiado». En ese momento hablaba, claro, de la fotografía analógica, cuya manifestación más veloz era la Polaroid. Si la escritora observara el mundo de hoy quedaría asombrada, no hay esquina de la ciudad donde uno no tropiece con alguien con un palo de 'selfie', lo que no aparece en las redes es que no existe, lo que no se publicita no es real. La cultura del narcisismo es hegemónica en estos momentos, no hacemos otra cosa que mirarnos en el espejo, sea el del móvil o el del ordenador. Algo preocupante en los adultos que se conforman con el mundo estrecho de su propio reflejo o la reacción que provoca este en desconocidos, pero es más grave aún ver que buena parte de la infancia de ahora transcurre dentro de esta sobreexposición.

A los niños les hacemos foto y vídeo desde el minuto cero y las colgamos sin cesar en la red. Pronto son ellos mismos los que no tardan en convertirse en materia de exhibición al mundo. Están entretenidos así, de modo que no parece que haya ninguna urgencia en protegerlos. Ya han nacido en este mundo, nos dicen, como si todo esto no tuviera nada que ver con el consumo. Lo cierto es que el narcisismo se está convirtiendo en la droga de la década, sus estragos no son sobre la salud física sino la mental.

Yo he descubierto esta semana que mi móvil no puede hacer 'selfies' y me he sentido de repente mayor, desfasada. No es que sea inmune a esta enfermedad pero aún me parece vergonzoso el acto de hacerse uno mismo una foto. Crecí en un lugar lleno de supersticiones, algunas (no todas) fundamentadas en una sabiduría ancestral. Nos advertían allí sobre los peligros de dos cosas: la fotografía y los espejos.