LA CLAVE

El deshielo empieza por la lengua

El catalán en la escuela ha sido utilizado por el PP y Ciudadanos para ganar votos fuera de Catalunya y como arma arrojadiza durante la aplicación del 155

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Olga Grau

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El Gobierno ha tendido puentes con Catalunya en el Congreso en una cuestión emocionalmente sensible y manipulable en clave electoral: la inmersión lingüística. Con mucho sentido común, la titular de Educación Isabel Celaá ha asegurado que «la excesiva ideologización de unos y de otros debe de ser abandonada a las puertas de la escuela". Y ha dado carpetazo al debate, creado con noticias falsas sobre la capacitación de los estudiantes catalanes, al asegurar que los datos de su ministerio avalan que "la competencia en lengua castellana de los alumnos catalanes es equivalente a la media del resto del Estado". 

La lengua ha sido utilizada por el PP y Ciudadanos para ganar votos fuera de Catalunya y como arma arrojadiza durante la aplicación del 155 a cuenta de qué partido era el mejor garante de las esencias de la españolidad. El Gobierno del PP a instancias de Dolors Montserrat e Iñigo Méndez de Vigo creó la expectativa de que permitiría la escolarización en castellano en Catalunya gracias al paraguas que le ofrecía el uso del artículo 155 de la Constitución. Los naranjas acusaron al Gobierno de Rajoy de "no hacer nada" para que el castellano fuera lengua vehicular en la escuela catalana y de no usar la intervención de la autonomía para dar un giro de 360 grados en el sistema educativo. Ambas formaciones políticas, en plena competencia en las encuestas, aprovecharon para agitar el debate de la lengua como si fuera una urna.

Por el camino, el Tribunal Constitucional propinó un serio revés a la política lingüística del PP en materia educativa al anular la ayuda de 6.000 euros creada por José Ignacio Wert para las familias catalanas que quisieran escolarizar a sus hijos en castellano. Esta era una de las medidas más controvertidas de la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa, la polémica LOMCE, que ahora enmendará el PSOE en sus partes más polémicas.

Este giro permitirá corregir una ley que nunca ha contado con el consenso de las escuelas. Y a su vez, dejará fuera del debate político a la escuela catalana como paso necesario para avanzar en el deshielo y regresar a la normalidad.