Dos miradas

Desgarro

El 'procés' ya no sonríe, lanza veneno al Gobierno del PP y, por extensión, al Estado

carles puigdemont

carles puigdemont / AFP / THIERRY ROGE

EMMA RIVEROLA

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El ataque del PP al Estatut inició el desgarro. Los errores y las mentiras del 'procés' sumaron más roturas. La brutalidad policial del 1-O rasgó más de lo que nunca admitirán el Gobierno del PP y sus voceros. También los encarcelamientos, más abusivos que preventivos.  Siguen las rupturas. La CUP decide no investir a Sànchez. Si se trata de restituir, ERC propone a Junqueras. Y Puigdemont lanza homilías fervorosas desde Bruselas. Habla en nombre del pueblo, de Catalunya y de todos los independentistas, atribución que ya no tiene. 

El 'procés' ya no sonríe, lanza veneno al Gobierno del PP y, por extensión, al Estado, atribuyéndole todas las abyecciones. En algunas tiene razón. Pero la pierde cuando convierte a la España actual en un zombi del franquismo. Y el PP solo muerde, creyendo que la debilidad del adversario es su victoria. 

¿Damos por muerto el catalanismo? Si lo hacemos, si consideramos imposible la unión de diferentes fuerzas políticas bajo su paraguas, si damos por enterrada su capacidad para construir realidades políticas fructíferas, nos adentramos en la rotura definitiva.

«Antes que España, se romperá Catalunya», predijo Aznar. En su advertencia iba implícita la consideración de entes diferentes, como si pudiera romperse una sin afectar a la otra. Su partido corrupto y retrógrado, el mismo que ha alentado el independentismo, sabe poco de costura. O se cosen los desgarros o no se sabe dónde acabarán.