Geometría variable

Desencantados pero sobrecalentados

Inquietud política y optimismo económico en las jornadas de este año del Cercle d'Economia

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JOAN TAPIA

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Final de mayo, reunión del Cercle d’Economia en Sitges. El jueves hacía calor –como cada año– pero percibí cambios. El nuevo presidente del Cercle, Joan Josep Brugera, fue más severo al recibir a Puigdemont. La Generalitat debe respetar el marco legal.  Debe ir al Congreso a explicar que hay malestar en Catalunya y que un conflicto político se resuelve negociando. El referéndum no es el primer problema y entre la independencia y el 'estatu quo' hay fórmulas intermedias que tienen mucho apoyo en las encuestas.

Corrección máxima, cierta frialdad. Ni la nerviosa expectación ni el ambiente dispuesto de otros años en la cita de buena parte del empresariado y la inteligencia económica. El president quiso ser amable, pero dejó claro que el diálogo exige que –antes– se admita el derecho a decidir. El público entendió que no habría ni diálogo ni negociación y la frialdad subió. Luego Puigdemont dictó una trabajada conferencia sobre el futuro, como si fuera el decano de la Harvard Bussines School. Pero ni él es Harvard o Stanford ni era lo esperado. Aplausos correctos y una sola pregunta –tras largos segundos de silencio– que sonó a reproche. Sitges está desencantado de la nueva CDC. ¿Añora la de antes? 

GUINDOS

Llegó Guindos. Algo más de interés, pese a que durante unos minutos la sala se quedó a oscuras y sin micrófonos. ¿Susto? No, bromas. Al final, 35 preguntas. El ministro estuvo comedido. Con un PIB creciendo al 3% anual (1,7% de media en la zona euro), exportaciones de bienes y servicios de 31.000 millones mensuales (del turismo son solo 4.000) y 435.000 empleos creados en un año, Guindos debió creer que no necesitaba sobreactuar. Tenía razón porque el ambiente era casi de euforia. ¿Estamos como antes de la crisis? Respuesta colectiva: mejor, porque el motor es la exportación y crecemos más que Europa (me acordé de que Zapatero quería sobrepasar a Francia). Y ahora no hay burbuja inmobiliaria.

¿Algo de sobrecalentamiento? ¿Exceso de optimismo y no solo del ministro? ¿Y si la burbuja de hoy fueran los bajos tipos de interés que hacen que el Estado se financie a 10 años al 1,66% y que hayan caído los intereses que pagan empresas y familias? Draghi no podrá mantener mucho tiempo estos tipos que ya han empezado a subir en EEUU y González-Páramo –BBVA, antes BCE– cree que aquí subirán en el 2018. Alemania quiere que antes. Ya.

SUPERAVIT DE LA BALANZA

Las exportaciones tiran, pero el déficit comercial ha subido un 45% en el primer trimestre. Sí, el petróleo es más caro, pero puede subir más. Siempre que España crece mucho se sobrecalienta, pero Guindos y economistas reputados creen que ahora no: hay superávit de la balanza corriente. Aunque el ministro recordó –sin insistir– que la deuda pública (100% del PIB) y el endeudamiento exterior son talones de Aquiles.

Puigdemont se fue como llegó, muy convencido y algo incomprendido. Guindos, satisfecho, con Millo y pensado que volverá el 2018 como vicepresidente del BCE. ¿El empresariado? Este año como el tiempo: algo sobrecalentado.