Desayunos de infarto

Desayuno frugal: café y pan integral con aceite y sal. Algo de pavo o jamón cocido. Una pieza de fruta. Los domingos, como premio, un cruasán recién horneado. Forma parte de mi dieta saludable. La otra, la insana, la de la hipertensión, me la proporcionan cada día los periódicos que se extienden sobre la mesa: cuatro diarios. De la primera a la última página. Titulares que convierten lo que podría ser un desayuno con diamantes en un desayuno de infarto. Y ya de buena mañana.

Tomo el ejemplar del jueves pasado de este mismo periódico. Sumo titulares, desde la portada: "Dear President". Sonrío. Se me aparece la imagen de Judy Garland escribiéndole (y cantándole) a Clark Gable: "Dear Mr. Gable / you made me happy sometimes, / you made me glad; / but there were times, sir, / you made me me feel so sad"… Sigo sumando: "El órdago de Torra fracasa", "La CUP impugna el plan del Govern", "Cuando Catalunya juega al todo o nada siempre pierde", "La cúpula de los Mossos admite falta de previsión", "Un 'president' a la deriva", "Rato, cerca de la prisión", "Serra, en el banquillo"… Para rematar, "Me cago en Lorca".

A estas alturas el café se ha enfriado y la tostada cuesta de tragar. Por suerte, la viñeta del genial Juan Carlos Ortega, luminosa ese día, más blanca que nunca, viene en mi ayuda: "Tranquilo, lector. En unos años ya nadie se acordará de Torra, ni de Casado, ni de los CDR, ni de Sánchez, ni de Villarejo. Desayune usted bien y tenga un buen día. Todo pasará". ¡Gracias, Ortega, mil veces! (Desde aquí sugiero velar por la salud del lector y publicar esa viñeta a diario en lo más alto de la portada, por encima, incluso, de la mancheta.)

Luego miro de reojo, como siempre, lo que me augura el horóscopo del día: "Aunque tú no quieras conflictos, habrá quienes alrededor, te provocarán. Ármate de paciencia y por nada del mundo entres en su juego. No valdrá la pena e irá en tu contra".

Y me digo que, con lo que está pasando a ras de suelo, voy a empezar a mirar más hacia las estrellas.