La rueda

El desatino de los celos

Los partidos quer hacen un esfuerzo por pactar son mejor percibidos que quienes solo tienen un 'no'

CARLES SANS

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'Es lamentable ver cómo el ánimo ciudadano con el que muchos celebraron el resultado de las elecciones ha ido decayendo al comprobar con hastío la negativa instalada entre aquellos que deben procurar aplicar el sentido común y la praxis que demanda la ciudadanía, basada en el acuerdo que haga posible formar un gobierno que tome decisiones para que el país avance con un aire distinto al de hasta ahora.

Los días siguientes al 20-D fue llamativo ver cómo muchos celebraban la derrota de aquella enojosa mayoría absoluta que mantuvo el PP, seguramente pensando en que a partir de aquel momento los partidos de izquierda recuperarían las riendas, en especial Podemos, surgido de la rebeldía ciudadana y que argüía elementos para una nueva política. En estos días, la expresión «adiós a la vieja política» debería plasmarse con pactos entre el centro izquierda, los liberales y la izquierda más radical, concretamente nacidos los dos últimos, para agitar viejos cimientos de un sistema desgastado.

Ahora vemos que mientras PSOE y C's han tomado la iniciativa de formar algo. Digo «algo» porque al menos el pacto al que han llegado es la representación pública de una voluntad de acuerdo, mientras los otros dos partidos mayoritarios, PP y Podemos, se muestran despechados con el 'no' por bandera, imposibilitando cualquier avance que no sea el de ir a unas nuevas elecciones. Este país está estancado por un ataque de celos, y los celos suelen padecerlos aquellos cuyo ego no concibe no ser el sujeto principal de la relación.

Algo se está detectando en la calle y es que aquellos que tienen la voluntad de sumar están causando más simpatías que los que se niegan a construir, aunque sea desde la abstención. Cervantes ya dijo aquello de que «la rabia de los celos es tan fuerte que fuerza a hacer cualquier desatino» . Y en ello estamos.