ELECCIONES EN BAVIERA

Deriva a la derecha

Los resultados en Baviera ponen en más aprietos al Gobierno de Merkel en Alemania

La cancillera alemana, Angela Merkel.

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Rafael Vilasanjuan

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Aunque parezca que Alemania sea un gigante cuya economía va a ritmo de crucero, que lo es, nadie en Europa –ni en todo occidente- está exento de los vaivenes políticos que elección tras elección demuestran cada vez más una tendencia a abandonar la centralidad para buscar soluciones en los extremos. Eso es en parte lo que estaba en juego en las elecciones de Baviera, el 'land' más rico y poblado de Alemania, donde la Unión Cristiano Social (CSU), el partido hermano de la Democracia Cristiana de Angela Merkel pierde la mayoría absoluta, con la que ha gobernado casi sin tregua desde el final de la segunda guerra mundial.

La pérdida de apoyo de los socios de Merkel se puede entender como un voto de castigo al Gobierno central que abrió las puertas a los refugiados sirios, cuando nadie mas en Europa los quería. Baviera está en la frontera con Austria, es el primer punto de contacto hacia la Alemania soñada de todos los que huían de la guerra. Buena parte ya se quedó aquí y ese ha sido el principal argumento de la extrema derecha para ir recorriendo camino. Desde la crisis migratoria la ultraderechista y xenófoba Alianza por Alemania (AfD), que ahora entra cómodamente en el Parlamento, ha utilizado el discurso de la inmigración como una amenaza a la seguridad de este feudo rico, en buena parte católico y muy conservador.

La nueva fractura

Las elecciones confirman que el voto ha girado y ya no depende tanto de la opción entre progresistas y conservadores, sino de la que nos conduce a otra fractura entre quienes defienden países cosmopolitas con fronteras abiertas y el populismo nacionalista de la defensa territorial para los nativos. Baviera no tiene prácticamente paro y el número de incidentes críticos o violentos con los recién llegados de Siria, de Eritrea o Afganistán, no ha variado. Pero ante el avance del discurso identitario de la derecha populista del AfD los socios de Angela Merkel se revelaron, poniendo al Gobierno frente a las cuerdas.

O se endurecía la entrada por la fronteras de Austria para los inmigrantes o le quitaban el apoyo y dejaban caer el Gobierno. La decisión del CSU de escorar a la derecha para evitar más votos perdidos en manos de quienes añoran una Alemania pura, le ha abierto un flanco donde la izquierda también le ha arañado. Sin mayoría absoluta, la cuestión es saber con quién podrá gobernar, porque si bien los verdes podrían ser una opción sensata, el temor a un ascenso aun mayor del AfD condiciona.

Incomodidad para Merkel

Convertida en un laboratorio de lo que puede ocurrir a nivel general por toda Europa, donde los populismos avanzan, los resultados de Baviera, sin duda pueden incomodar a Merkel y la estabilidad de su gobierno, pero pueden también incomodarnos a todos, si definitivamente los partidos de centroderecha europeos empiezan a decantarse hacia el populismo y abrazan políticas migratorias como las de Victor Orban en Hungría o se entregan directamente a la deriva xenófoba que silva la extrema derecha por toda Europa.