La gestión de los asuntos públicos

La 'democracia dinámica' de Pisarello

Resulta peligroso entender el sistema democrático como un concepto variable según la etapa histórica

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JOAQUIM FORN

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La democracia soporta mal los adjetivos. De hecho, le sobran todos. Cuando necesita adjetivos es porque con toda probabilidad nos encontramos ante un régimen que no es democrático. El franquismo se quería hacer pasar por una democracia orgánica, mientras las dictaduras comunistas nos bombardeaban con el concepto de democracia popular. Con la muerte de Fidel Castro, en Barcelona y en Catalunya hemos vuelto a asistir a un triste espectáculo de legitimación de la dictadura.

Por desgracia han sido muchas las personas y colectivos políticos que se han apuntado a este ejercicio de enaltecimiento de aplastar las libertades del pueblo cubano por un régimen que a pesar de su inicio revolucionario tardó poco en enseñar sus verdaderas credenciales de reaccionario. Entre estos, destaca el primer teniente de alcalde del ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, quien, a través de las redes sociales, terminó reconociendo cuál es el concepto de democracia que guía su acción política como mano derecha de la alcaldesa.

Para Pisarello, «la democracia no es un concepto estático. Te puedes acercar o alejar según el momento histórico». Vamos, que según el primer teniente de alcalde la democracia, en el fondo, tiene solo un valor de uso que utilizas en función de las circunstancias. Como de las ideas salen las políticas, creo que nos hallamos ante el pensamiento que justifica y explica cómo se está gobernando Barcelona y la falta de diálogo y la prepotencia para con la oposición que practica el gobierno de Colau.

La democracia, según el tuit de Pisarello, es dinámica, conviene o no, se practica o no en función de las circunstancias. Sirve para ganar elecciones y llegar al poder; pero una vez se manda, si las circunstancias lo exigen, no hay que practicarla, o conviene matizarla o desdibujarla. Esto, claro, siempre que quien haya alcanzado el poder sea de tu cuerda, le faltaba añadir a la mano derecha de la alcaldesa.

Es esta visión patrimonial del poder y la superioridad moral que acompaña a los 'comuns', no solo a Pisarello, es la que explica la soledad y debilidad que acompaña su acción de gobierno. Ni plan de acción municipal, ni presupuestos y la necesidad de pasar por una moción de confianza que solo superará, si la supera, por la diabólica aritmética del plenario municipal.

Afortunadamente, Pisarello no puede llevar a la práctica su idea de «democracia dinámica» en Barcelona porque los 'comuns' están muy lejos de tener la fuerza suficiente, y la oposición que encabezo, junto con otros grupos, no se lo permite. Pero preocupa que la ciudad esté gobernada por personas con una cultura política tan poco solvente en la indiscutibilidad de la democracia como sistema político que nunca puede construirse sobre la aniquilación de las libertades.

Nos hubiera gustado más ver cómo los responsables gubernamentales de Barcelona aprovechaban la muerte del dictador para compartir su solidaridad con el pueblo cubano en su conjunto. En su lugar, hemos visto cómo, desde un absoluto descaro, Pisarello introducía el peligroso concepto de 'democracia dinámica' para justificar a Fidel. ¿Es este el modelo de democracia que quiere impulsar para Barcelona? Siendo así, es tarea de los demócratas que no ponen adjetivos a la democracia hacer lo posible por impedírselo.