Tecnología e igualdad

Del móvil a la transformación digital: impacto social del MWC

Los servicios de atención a las personas adolecen todavía de poca penetración tecnológica

Acceso principal del Mobile World Congress en Fira de Barcelona.

Acceso principal del Mobile World Congress en Fira de Barcelona. / periodico

ORIOL ILLA

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En un mundo digital, donde los dispositivos móviles son instrumentos cada vez más imprescindibles para hacer frente a nuestra cotidianidad, no puede haber transformación social sin transformación digital. Y a la inversa, sin que la transformación digital llegue a la acción e intervención social, a la Administración y al conjunto de servicios públicos, difícilmente lograremos combatir las desigualdades, ni la posibilidad de ofrecer igualdad de oportunidades al conjunto de la ciudadanía.

La transformación digital ha cambiado, y cambiará aún más, la forma en que se producen y se prestan los servicios y también la manera en que se relacionan clientes-usuarios-ciudadanos con proveedores-empresas-administraciones públicas. Este cambio modifica radicalmente la relación entre cada uno de ellos, obligando a las entidades, las empresas y las administraciones públicas a adaptarse constantemente a las novedades tecnológicas que impactan, queramos o no, en nuestra vida. La mayoría de industrias invierten recursos y personal en esta transformación. En el sector social, sin embargo, todavía hay mucho trabajo por hacer. Si bien hemos incorporado nuevas herramientas de gestión --a la captación de fondos, la gestión documental, los recursos humanos o la formación--, no hemos diseñado suficientes herramientas para los procesos que desarrollamos en la prestación de servicios públicos --atención a la gente mayor, apoyo a la discapacidad, tratamiento de adicciones o educación infantil, por poner algunos ejemplos--.

MUCHA ATOMIZACIÓN, POCA FINANCIACIÓN

Esta semana Barcelona está siendo la capital mundial del móvil. En ella se presentan las tecnologías más innovadoras en campos como el internet de las cosas (IOT) o la realidad virtual (VR). El Mobile World Congress es un escaparate que anticipa una parte de la transformación que nuestra sociedad vivirá. El móvil es hoy un dispositivo del que disponen el 95'5% de los catalanes. Además, el 16% de las start-ups en Barcelona se dedican a soluciones móviles. El móvil es utilizado por la práctica totalidad de los ciudadanos y es un sector económico de alto valor añadido que crece cada año más. Algunos de los motivos que explican la poca penetración tecnológica en los servicios de atención a las personas son una excesiva atomización en la prestación de servicios, una falta de financiación del sector privado o una necesidad, por parte del tercer sector, de priorizar la atención de necesidades ante la mejora de procesos.

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En este escenario, la Taula del Tercer Sector Social impulsó, hace poco más de un año, conjuntamente con el Ayuntamiento de Barcelona, la Obra Social de La Caixa y la Fundación Mobile World Capital, el proyecto M4SOCIAL, que tenía como objetivo la creación de un escenario propicio para que desarrolladores tecnológicos pusieran su conocimiento al servicio de tres grandes retos: la gestión de vivienda social, la inserción laboral y la reducción del abandono escolar prematuro.

AL SERVICIO DE LAS PERSONAS

El futuro será digital. Y, con él tendremos más herramientas para combatir las nuevas formas de desigualdad que podrían alimentar las bolsas de desempleo, de pobreza y de exclusión. Es evidente que cada vez estaremos más conectados y que esta conectividad no necesariamente resolverá por sí sola las desigualdades que sufrimos. Pero sí que podemos utilizar esta conectividad para ponerla al servicio de más y mejor educación, de más oportunidades económicas y de mejores servicios públicos y políticas públicas que nos puedan garantizar y mantener un sistema de garantía de derechos y de protección social para los más vulnerables. La conectividad del móvil nos permite establecer contacto y comunicarnos ilimitadamente, pero también nos da una capacidad, aún por explotar, de obtener y utilizar datos que para nosotros deberían estar al servicio de las personas y de su calidad de vida.