Gente corriente

David Belzunce: "Gasté los ahorros para un máster en la puja de Risto"

Tiene 23 años y ha comprado la columna de Risto Mejide en 'Más Periódico' subastada en eBay. Sale el domingo.

«Gasté los ahorros para un máster en la puja de Risto»_MEDIA_3

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NÚRIA NAVARRO

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-Leí la columna de Risto en la que ofrecía su espacio a subasta, pero no se me pasó por la cabeza participar. Cuando quedaban cuatro horas para cerrar la puja, vi un tuit que decía que iba por los 600 euros y, de repente, sentí la necesidad de hacer un cambio en mi vida. Tenía 1.300 euros ahorrados para el máster de Entreteniment de la UOC y TV-3, y pensé: «Podré hacer el máster algún día, pero comprando la columna de Risto tendré una tribuna donde exponer mis opiniones».

-Visto así... Con los másteres no se llega hoy muy lejos.

-También tenía el valor añadido de que el dinero -al final, 1.020 euros- no iba a parar al bolsillo de Risto, sino a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, a la que me siento afín. Les acompaño en todos los actos que puedo. Incluso he hecho escraches ante la sede del PP cuando se llevó la ILP al Congreso.

-Una persona inquieta, usted.

-Desde pequeño he tenido inquietudes artísticas y preocupaciones sociales. Mis hermanos son raperos. Y mi familia siempre ha estado implicada en movimientos sociales. Mi padre trabaja en un sindicato y mi madre es asistente social.

-¿Y qué dicen en casa de eso de gastarse 1.020 euros del ala?

-Desde que se desató todo esto solo he podido comunicarme con ellos por Whatsapp. En un tuit mi padre me dijo: «Aún me parece una locura, pero los 20 euros los pongo yo».

-¿Y los colegas le respaldan?

-La primera reacción de los que saben que no tengo mucho dinero fue decir: «¿Cómo te has gastado esa pasta?». Pero cuando han visto que hay un plan detrás -lograr una notoriedad que se traduzca en una oportunidad laboral-, me han apoyado. He recibido cientos de mensajes. Algunos diciendo «haz sentir nuestra voz».

-O sea, no siente haber cometido imprudencia alguna.

-No. Hoy tengo suficiente dinero para acabar este mes y sé que ingresaré lo necesario para el mes que viene.

-Por cierto, ¿cómo se gana la vida?

-Soy uno de los actores del Hotel Krüeger del Tibidabo. Y saco algún dinero de las prácticas remuneradas de la UOC, donde estudio el último curso de Comunicación Audiovisual -también hago tercero de Publicidad-. Además, proyectos en los que me he metido por amor al arte me dan algún dinero.

-A ver esos proyectos.

-Unos cuantosmonstruosdel Hotel Krüeger abrimos en octubre una productora especializada en terror, HorrorBox. Montamos sustos en casas particulares y en locales. La verdad es que nos está yendo muy bien.

-Una forma de hacer teatro.

-Sí. A los 16 años monté con un colega el Laboratori Teatral Patates amb Suc, en L'Hospitalet, mi ciudad. Dirigimos, escribimos y actuamos sin la supervisión de ningún adulto. Tome nota: esta noche estaremos en el Casino L'Aliança del Poblenou con la comediaEl mètode Jennifer.

-¿Duerme en algún momento?

-(Ríe) Alguna vez he apuntado «dormir» en el calendario de Google. Siempre he sido inquieto. He trabajado en mil cosas: de expertoen series en la difunta tele de L'Hospitalet, de recepcionista en un polideportivo, de informador de Renfe en Sants, repartiendoflyers, reparando móviles, de comercial de Vodafone...

-¿Y ahora? ¿Qué pasará a partir del domingo, cuando salga su columna?

- Me gustaría trabajar en comunicación, y lo que he activado tiene mucho que ver. Pero he estado muy ocupado para pensarlo. Por Twitter sé que hay expectación. He trabajado mucho el texto, aceptando los consejos de amigos periodistas. Incluso hablé con la chica que quedó segunda en la subasta de eBay, porque tenía curiosidad por saber qué habría escrito ella. Y estoy contento de que la columna de Risto no haya quedado en manos de una empresa que quiera vender su producto.

-Por cierto, ¿ha hablado con Mejide?

-No, pero ayer me aceptó en LinkedIn. Imagino que está esperando ver la repercusión de la columna. Si me dice «quedemos», allá voy. Si no, sé que no me arrepentiré de haber pujado. Lo recordaré toda la vida.