DOS MIRADAS

Dar la talla

EMMA RIVEROLA

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Tiene 14 años y no se gusta. No quiere mirarse en el espejo, pero no deja de hacerlo. Detrás de las murallas de su silencio adolescente, en el patio interior de sus miedos, la niña le chilla a su reflejo: ¡Fea! ¡Gorda! Y se pellizca la carne que no quiere, con las manos oprime sus curvas y se rebela contra sí misma. Entorna los párpados y se imagina como la chica que querría ser. Delgada. Muy delgada. Como las modelos de los desfiles, como las chicas de las revistas, como las presentadoras de la tele o las guapas de la clase. Se imagina en otro cuerpo, se imagina feliz.

Cada noche se sumerge en la oscuridad de los sueños imposibles y reza al perverso y esquivo dios de la belleza. Pero, al despertar, se acaricia el vientre y el gesto le escupe la primera derrota del día. Después se esconderá bajo sus ropas holgadas, humillará la mirada y tratará de convertirse en invisible. Pero su armadura de vergüenza se deshace con el sol y la niña camina con el corazón indefenso. Cada burla, cada desprecio, cada prenda que no se ajusta a su talla es un arañazo a su sonrisa, una dentellada a su orgullo maltrecho.

Motius per donar la tallaes una iniciativa para llevar a las pasarelas las tallas más utilizadas por la población y romper con la imposición de una industria que impone la excepción como modelo. Una tiranía estética que condena a vivir con la injusticia adherida a la piel.