Usos lingüísticos

El cuñado de Badajoz

Escuchar a Isabel-Clara Simó hablando en castellano durante dos horas fue rarísimo. Contestarle en castellano, también

Isabel-Clara Simó, ayer, en la sede de Òmnium Cultural.

Isabel-Clara Simó, ayer, en la sede de Òmnium Cultural.

CARE SANTOS

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El martes pasado tuve la suerte de participar junto a mi admirada Isabel-Clara Simó en uno de los 'Diàlegs a Pedralbes', conversaciones sobre temas filosóficos que dirige Francesc Torralba. Nada más empezar, cuando Isabel-Clara estaba en su exposición inicial, un señor del público pidió la palabra para preguntar educadamente si nos importaba pasarnos al castellano «por respeto a la gente que ha venido de fuera de Catalunya y que no entiende el catalán». Después supimos que se refería a su cuñado, de Badajoz, allí presente.

Después de un segundo de desconcierto, Isabel-Clara Simó, en catalán, dijo que desde tiempos de Franco no le ocurría tener que hablar en castellano en un acto cultural en Catalunya, pero que conocía perfectamente la lengua castellana y que no era «ninguna fanática». Desde ese momento el acto entero, de casi dos horas de duración, incluidas las intervenciones del público, transcurrió en castellano.

Creo que Simó dio lecciones de educación, de respeto y de generosidad. Yo, claro, la imité, sin ninguna convicción. Me apetecía preguntar por qué hay gente que acude a un acto cultural en catalán si no comprende o quiere aprender el idioma. En aquel momento, aún no sabíamos que se trataba de una sola persona. De haberlo sabido, tal vez también habríamos preguntado cómo alguien pide -y permite- que se cambie la lengua de todo un auditorio. 

¿Se imaginan que hiciéramos lo mismo en una función teatral? No, está claro que no podría ser. ¿Por qué, entonces, pasó el martes en Pedralbes? ¿Al pedir algo así no se falta al respeto de organizadores, participantes, público asistente e incluso de la lengua y la cultura del lugar que te acoge? Yo tampoco soy una fanática, pero en los actos culturales en Catalunya quiero hablar en catalán.

Todo esto lo digo aquí, porque allí solo dije: «Todo esto es muy raro». Y lo era. Escuchar a Isabel-Clara Simó hablando en castellano durante dos horas fue rarísimo. Contestarle en castellano, también. Solo espero que el cuñado de Badajoz por lo menos se lo pasara bien porque, si no, menudo paripé más inútil.