IDEAS

La cultura, ejemplar, a pesar de todo

XAVIER BRU DE SALA

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“Presente, por qué no me has ayudado”, se queja el futuro, derrotado por la memoria y el pasado, en la disputa de la imaginación de Ramon Llull. Discutían dos culturalistas, en presencia de un tercero, sobre la ausencia de ejemplaridad en la Catalunya de hoy. Tan llena de proyectos de futuro, de cambios radicales nacionales y sociales, y tan huérfana de parcelas de excelencia. Nadie entre quienes los propugnan puede decir: “Veis esto o aquello, pues así pero aún mejor, en la Catalunya del futuro”. Al contrario, decía uno, en algunas áreas hemos ido hacia atrás y no sabemos si nos recuperamos de fachada y de boquilla o por dentro. Pues en Barcelona, replicaba el otro, las polémicas estériles son cortina de humo a la ausencia de modelo y a la improvisación. Pues un buen puñado de mossos han empañado la hoja de servicios del conjunto con la complicidad de sus superiores. Así iban alargando la lista, y aún sin entrar en sectores, incluso públicos, que solo merecen crítica y desolación desde todos los frentes, sin que se pueda culpar a Madrid. “Presente, por qué no me has ayudado”.

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Hete aquí, pero, que el tercero señalaba a los dos primeros con el dedo, insistente pero mudo, hasta que los culturalistas lo entendieron. ¡Nosotros! A pesar de todo, la cultura es uno de los sectores ejemplares del panorama catalán de nuestros días. A pesar de la globalización y la dictadura mercantilista del entretenimiento. A pesar del descrédito y el asedio casi inconsciente, que sufre la cultura. A pesar de que la Corporació decapitara el Canal 33 con el fin de exaltar hasta la náusea las competiciones deportivas. A pesar del boicot activo que acaba de estrenar Catalunya Ràdio. A pesar de que el presupuesto de la Generalitat en cultura, que ya era del todo insuficiente, ha pasado en cinco años de 54 euros a 34 euros por habitante y año.

Aún resultará que, en el ámbito de la cultura, el pasado, espléndido, ayuda al presente a ganarse el futuro.