Debate independentista

43%: es culpa nuestra, también

A nosotros, que nos empeñamos en huir de etiquetas nos han colgado la más certera y dolorosa: "mayoría silenciosa"

El interior de un colegio electoral en Badalona el 1-O.

El interior de un colegio electoral en Badalona el 1-O. / ACN

OLGA RUIZ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ahora que nos apresuramos a  buscar culpables de lo que pasó el domingo en Catalunya, ahora que nos encontramos en un punto de no retorno que para unos es el abismo y para otros la tierra prometida, ahora que el mundo sí nos mira pero ya no nos admira, ahora que ya es tarde pero todavía no es nunca, ahora- justo ahora- espero que despertemos y empecemos a ser conscientes de nuestra responsabilidad, de nuestro 43% de culpa como colaboradores silenciosos ante esta situación.

No son los  partidos políticos, no hablo de ellos, ya tienen bastante con lo que tienen y sobre todo con lo que desde el 1 de octubre no tienen. No hablo de ideologías que cada uno tiene la suya y para este cometido no hace falta ni  que la muestre, hablo de nosotros, de todos las que seguimos en casa, inmóviles, descreídos y cansados..., cansados de no haber hecho nada.

La pregunta no es dónde hemos estado, eso ya no tiene remedio. La pregunta es ¿dónde estamos a partir del domingo? ¿Dónde queremos estar? Es triste comprobar cómo ni siquiera se nos espera, no cuentan con nosotros porque les hemos acostumbrado a ser actores pasivos en esta tragicomedia.

Guardar la ropa

Cada uno tenemos nuestros motivos pero a la vez ninguno en concreto, es esa desidia de los que creemos que no estamos invitados, que no va con nosotros, que las cosas pasan y mientras lo hacen podemos seguir con nuestra vida. Al fin y al cabo, ¡es a ellos a los que les llega el agua hasta el cuello! Nosotros  en su momento decidimos no nadar, guardar la ropa. Pero ¿Acaso escogeríamos ahogarnos antes que nadar, aunque sea a contracorriente? Estamos en ese punto y parece que hoy después del 1-O todavía nos lo estamos pensando.

A nosotros, que nos empeñamos en huir de etiquetas nos han colgado la más certera y dolorosa: "mayoría silenciosa" nos llaman y tienen razón. No nos hacen callar, nos callamos nosotros solos… shhhh no vaya a ser que nos despertemos de nuestro injustificado letargo.

Huérfanos

Hay algo en lo que tenemos razón y que algunos tímidamente (para no molestar, ya sabéis) han apuntado: estamos huérfanos de representación política. Nadie ha sabido ilusionarnos, motivarnos, convencernos, a ese lado solo hay luchas de banderas y patrias, discursos de estado y estadistas. No han sabido emocionarnos, empiezo a pensar que no saben.

Pero tampoco eso es una excusa, este 43% que no hizo colas el domingo, estos 3.080.934 catalanes del censo que no votaron a pesar de todo, esos tantos otros millones de ciudadanos de España existimos y los formamos demócratas, progresistas, intelectuales, cooperantes, académicos, autónomos, periodistas… y padres y madres que quieren ya no un futuro sino un presente mejor para sus hijos. No nos damos cuenta de que podemos representarnos a nosotros mismos.

¿Seremos capaces de movilizarnos sin banderas, sin colores, sin siglas políticas, sin nada más que nuestra bondad? Hasta ahora hemos demostrado una incapacidad frustrante pero todavía estamos a tiempo de sorprendernos y dejar de ser los silenciosos para ser solo la mayoría. ¿Hablamos?