VENTANA DE SOCORRO

Cuentos infantiles

La pobreza extrema, el alcoholismo y la marginación de sus padres conducen a cientos de niños en Cuzco al abandono

La ciudadela inca de Machu Piccu, en la zona de Cuzco, en Perú.

La ciudadela inca de Machu Piccu, en la zona de Cuzco, en Perú. / PO/SO

ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE

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María y Pilar Echevarría piensan que hay demasiadas películas trágicas con huérfanos orfanatos. Que, desde Blanca Nieves y Pulgarcito para acá, poco ha cambiado en el retrato ficcionado de los niños que no viven con sus padres, sino en casas de acogida, hogares y otras instituciones. La realidad es que, en todos los países del mundo, un número alto de críos tienen padres que, por una razón u otra, no pueden hacerse cargo de ellos.  

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Es lo que María se encontró hace 22 años cuando visitó Cuzco por primera vez como voluntaria. Lo que iba a ser una estancia de un mes se convirtió en su vida. En Cuzco sigue. Hoy dirige Amantaní y ofrece acogida a cuantos niños y niñas las autoridades le entregan. Desde recién nacidos a chicos y chicas de 18 años. Algunos están pocos días; muchos, años. Cuando las cosas salen bien y sus familias superan el bache, los críos vuelven con ellas. En otros casos, y solo a base de paciencia y perseverancia con los burócratas, logra que sean adoptados. En otros, nadie vuelve a reclamarlos y Amantaní se hace cargo de ellos permanentemente. 

Pero el estigma de ser un niño de casa de acogida no se borra fácilmente. Por eso Amantaní ha puesto en marcha www.meetmyworld.pe, una web en la que chicos y chicas de los Ccorca, distrito en los Andes cercano a Cuzco donde Amantaní ofrece apoyo para la escolarización, nos cuentan cosas interesantes de su día a día. Son una serie de peliculitas bellas que contrastan con el cliché de miseria y penuria que muchas veces tenemos asociado a quien recibe ayuda.

Ya son 1.300 niños a los que Amantaní ha ayudado en 22 años. No tiene pinta de que la cifra vaya a bajar. En 2016 ingresaron 75 niños y hubo siete reingresos. Desde el 2008 había tantos. La pobreza extrema, el alcoholismo, la marginación de sus padres conducen a cientos de niños en Cuzco al abandono. Las 35 casas de acogida no dan abasto. Gracias al empeño de las barcelonesas Echevarría, muchos salen adelante. Habrá que ayudarlas a ayudarles (www.amantani.info).