análisis

Los tres frentes abiertos de Theresa May

La primera ministra británica afronta la formación de Gobierno, la pacificación del partido y la negociación del 'brexit'

Theresa May sale de Downing Street tras su reunión con Arlene Foster

Theresa May sale de Downing Street tras su reunión con Arlene Foster / periodico

CRISTINA MANZANO

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Cuando el resto del mundo aún está en estado de choque por el cúmulo de torpezas de la política británica en los últimos años, la primera ministra Theresa May está ya tratando de lidiar con los tres principales frentes que tiene abiertos. De cómo los aborde y del éxito que tenga dependerá no solo su futuro en particular, sino el del Reino Unido en general.

El primer frente temporal es el de las negociaciones con el partido unionista norirlandés (DUP, por sus siglas en inglés). May necesita el apoyo de sus 10 diputados para poder sacar adelante su Gobierno en minoría y la líder norirlandesa, Arlene Foster, parece dispuesta a ofrecérselo. ¿El precio? Asegurarse de que el 'brexit' no acabe perjudicando la libertad de movimientos en la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, algo que está en la esencia de los acuerdos de paz; uno de los puntos, sin embargo, más difíciles en el caso de que el Reino Unido saliera definitivamente del Mercado Único y de la Unión Aduanera. Además,  el  DUP pedirá más dinero a Londres para su territorio, y el Gobierno tendrá que dárselo sin que parezca que le otorga un trato más favorable que al resto de las regiones británicas.

GANANDO TIEMPO

El segundo frente –toda una carrera de fondo– es el de su propio partido. En su comparecencia el lunes en el Comité 1922 –el órgano que agrupa a todos los diputados tories' sin cargo en el Gobierno–, ha asumido con humildad su culpa en la debacle electoral y ha ganado algo de tiempo.  Pero el partido vive en una tensión permanente, desde hace décadas, entre los partidarios del 'brexit' y del 'remain', entre una visión acérrima del liberalismo y el nacionalismo y otra más abierta al mundo. Y lo más probable es que muchos notables aprovechen los próximos meses para preparar la siguiente batalla por el liderazgo. De momento, May ha buscado neutralizar a algunos posibles díscolos con los nuevos nombramientos de su Gobierno, como el de Michael Gove, que luchó contra ella por el mando del partido y al que acaba de nombrar ministro de Medio Ambiente.

El tercer frente, claro, es el del 'brexit' mismo. La gran aventura hacia lo desconocido –hacia el abismo, pensamos muchos– iniciada el 23 de junio del 2016 ha mutado ligeramente, al menos en el tono y en el lenguaje, tras las últimas elecciones generales y el fin de la mayoría absoluta. Varias voces apuntan ya  a reblandecer el tipo de acuerdo, antes incluso de que se hayan sentado los negociadores de ambas partes. Pero el nombramiento del 'duro' Steve Baker, dentro del ministerio del 'brexit' que dirige David Davis, otro 'duro', hace dudar de las intenciones reales de la primera ministra.

Theresa May convocó las elecciones para poder hacer frente a este último reto con un mandato fuerte para los próximos cinco años. Sus conciudadanos no han querido que sea así. Pero Bruselas está ya deseando tener a alguien con quien negociar y que sepa, claramente, hacia dónde quiere ir.