La cortesía digital

Las reglas de la buena comunicación deben regir también en el mundo digital. Ha llegado el momento de reivindicar y promocionar la cortesía en internet

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CARMINA CRUSAFON

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La llegada de internet y de la tecnología digital ha transformado nuestra manera de comunicarnos. Ahora todo debe ser inmediato, breve y de rápida respuesta. No vamos a rememorar tiempos anteriores donde se dedicaba más tiempo a una buena comunicación. Pero sí es importante recordar algunos elementos del proceso comunicativo que nos ayudarían a mejorar la eficacia comunicativa y evitar malos entendidos.

LAS FORMAS SIGUEN SIENDO NECESARIAS

Los mensajes nos llegan a través de múltiples canales, pero dos pantallas acaparan principalmente nuestra atención: la del ordenador y la del móvil. Nos vamos a ocupar de la comunicación escrita digital. En ella siguen rigiendo las mismas normas de siempre. Hay que iniciar con un saludo adecuado al receptor del mensaje y seguir con la formalidad correspondiente. Lo digital no elimina las formas, sino que las requiere. El mensaje ha de ser lo más unívoco posible para evitar interpretaciones erróneas, sobre todo si se acompaña de emoticonos que tienen significados múltiples. Recordemos que leer mensajes en movilidad incrementa el riesgo de no interpretar correctamente. Tomarse un tiempo para responder también ayuda a evitar equívocos. Otro elemento a considerar: el silencio. La no respuesta también comunica, y mucho. Sin embargo, en la era de la inmediatez hay que pensar que las múltiples tareas de nuestras vidas no siempre permiten una reacción inmediata. Así que ante la falta de respuesta no hay que generar especulaciones inmediatamente, sino esperar un tiempo razonable para interpretarla.

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Ante este escenario adquiere protagonismo un concepto: la cortesía digital. ¿De qué se trata? De una forma de comunicar que se caracteriza por sus buenas formas. Mensajes amables y empáticos con un buen uso del lenguaje escrito. Últimamente las redes sociales se han convertido en foros para descargar adrenalina y desfogarse ante cualquier tema y/o persona. Los insultos y las amenazas están a la orden del día. La actualidad nos lo recuerda casi diariamente. El anonimato no es razón para la descortesía. Si conseguimos que la cortesía rija también en el entorno digital, lo podremos convertir en un espacio amigable y de entendimiento. Al mismo tiempo, aprovecharíamos las ventajas que nos aporta la tecnología y podríamos enriquecer nuestras formas comunicativas.

UN VALOR EN ALZA EN EL MUNDO PROFESIONAL

La cortesía digital debería convertirse en un valor en alza en nuestra sociedad. Escribir correctamente, con cortesía y empatía en las comunicaciones digitales (redes sociales incluidas), está cada vez más valorado por el mundo profesional. Esta habilidad está muy bien considerada entre los responsables de recursos humanos y headhunters. Es ya condición indispensable para muchos de los procesos de selección profesional.

No dejemos pasar la oportunidad. Es momento para todos de empezar a valorizar este concepto. Seamos todos embajadores de la #cortesiadigital.