Tú hablas de economía, yo de corrupción

Una ley no escrita de la política española señala que la oposición nunca debe hablar de economía cuando la coyuntura es favorable para el Gobierno. Le ocurrió a Rodríguez Zapatero, en pleno 'boom', que acabó en 'catacrack'. Mientras el paro bajaba y se lograba superávit presupuestario, la oposición del PP no dejó de fustigarle con su política antiterrorista (exitosa, por cierto), usando como ariete a las asociaciones de víctimas. 

La economía volvió al primer plano con la brutal crisis iniciada en el 2008. Entonces, mientras ETA dejaba de matar, los socialistas volvieron a ser, en boca de Rajoy, los manirrotos, destructores de empleo y administradores incapaces de controlar el déficit. El PSOE volvía a ser "el partido del paro".

Cuando Rajoy llegó al GobiernoRajoy, la economía seguía siendo el tema estrella, pese a que Rubalcaba, entonces líder de los socialistas, no pudo zafarse de la coletilla de "la herencia recibida"Rubalcaba, que le espetaban el presidente y sus ministros cada vez que se ponía bravo.

Y ahora, cuando el Gobierno parece haber embridado la macroeconomía, con descensos récords del paro registrado y crecimiento en torno al 3% interanual, la oposición lleva el debate al terreno de la corrupción, donde los populares dejan un boquete enorme.

TEMPORALIDAD Y DESIGUALDAD

Los datos de empleo se despachan desde los bancos socialistas con la crítica de la temporalidad, y los de crecimiento, con la del aumento de la desigualdad. De manual.

Las últimas encuestas indican, por otra parte, que el PP, pese a seguir en cabeza, no rentabiliza el viento de cola de la economía (petróleo barato, récords de turistas, política monetaria del BCE favorable), seguramente porque el lastre de la corrupción es demasiado pesado.

El 'show' del fiscal MoixMoix, la citación al presidente para declarar en el juicio de la trama 'Gürtel'trama 'Gürtel' y el acoso a la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, la gran esperanza blanca de los populares, han marcado más la agenda de los últimos días que los datos del Inem Inemy la Seguridad Social. Son, en fin, malos tiempos para la lírica.