Análisis

Convivir sobre ruedas en la gran ciudad

La educación vial de los actuales y futuros conductores resulta imprescindible para que coches y motos compartan espacios en la ciudad

ALFONSO PERONA

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La moto como elemento de movilidad está muy vinculada a la ciudad de Barcelona y los últimos datos de los accidentes nos ponen de nuevo en el centro del debate el papel que juegan las motos en la circulación y también en la convivencia de los diversos modos de transporte que debe tener el espacio urbano.

Tradicionalmente la moto está alineada con los automóviles dentro del amplio concepto de vehículos a motor. Pero es momento de presentar las diferencias, ya que la moto no es ni se conduce como un coche. La moto es un vehículo individual que ocupa poco espacio por persona transportada, su adquisición es más económica y sus consumos energéticos son bajos siendo la contaminación menor que la de un automóvil, y solo falta que se incorporen más motos eléctricas al mercado para que su uso sea más óptimo.

Pero no podemos ocultar que la imagen positiva de la moto en ciudad se puede ver manchada por la siniestralidad global de este medio, circunstancia que tiene soluciones que ya se están siguiendo en algunas capitales de Europa donde, en muchas ocasiones, al realizar un análisis de las causas de los accidentes se detecta implicación, pero no culpabilidad, del conductor de la moto y sí del conductor del automóvil.

Las motos son para muchos ciudadanos un modo de movilidad asequible y una alternativa a los coches en muchos viajes urbanos. No importa lo que mejore el transporte público, ya que probablemente siempre seguirá existiendo una demanda de movilidad individual que puede ser satisfecha en muchos casos por las motos. Las ventajas de la moto sobre el coche en el tráfico urbano son mayores y más competitivas en cuanto a maniobrabilidad en el tráfico y la posibilidad de aparcar en espacios pequeños.

La asignatura pendiente

Pero la gran asignatura pendiente es la formación y educación de muchos motoristas que deben comprender que no se conduce igual una moto que un coche, del mismo modo que los conductores de coches deben formarse en una conducción compartida, tranquila y respetuosa con los demás. El coche hace años, y cada vez más, que ha dejado de ser el único medio de transporte urbano y debe compartir los espacios con otros modos como las motos y bicicletas.

Para realizar esta convivencia tan necesaria es necesario incrementar la atención y el respeto, y controlar la velocidad. Con velocidades elevadas cualquier error o distracción de un conductor tendrá consecuencias fatales al no existir margen de reacción.

La formación de los actuales y futuros conductores de moto es esencial para una circulación más segura en la ciudad, así como también es imprescindible erradicar los comportamientos incívicos y de falta de respeto hacia los otros medios de transporte, con información, formación y sanciones correctoras que no den la sensación de tolerancia de la administración hacia unos u otros modos de ocupar y circular en el espacio urbano.