El segundo sexo

Consejos para ministros principiantes

Este oficio no se parece a ninguno: dejas de ser un individuo para representar a una institución

ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE

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Con suerte esta noche las cosas cambiarán y personas nuevas accederán a cargos que nunca antes han ocupado. Posiblemente serán individuos que procedan de la sociedad civil, de oficios y ocupaciones diversos, sin experiencia ni en las instituciones, ni en el Parlamento, ni en la Administración. Eso es bueno, traerá perspectivas refrescantes, pero para los interesados no será fácil. Con las satisfacciones vendrán muchos sinsabores. Como pasé por ello, me permito ofrecer algunos consejos.

Tu política dependerá de tu comunicación. Puedes hacer muchas cosas, pero si alguien no las da a conocer será como si no hubieras hecho nada. La comunicación política no es solo salir en las noticias, sino generar razones para que hablen de ti. Puede parecer frívolo perder tanto tiempo en inauguraciones, galas, eventos, cuando en el despacho tienes montañas de dosieres que atender, pero la comunicación manda. Pero ten cuidado, que no se convierta en una dictadura e influya más que las razones técnicas y objetivas para impulsar tal o cual medida.

La Administración será un bólido difícil de pilotar. Es el equipo humano que heredas. Podrás nombrar algunos cargos, relevar a personas, pero la Administración es inmensa y tiene una ventaja sobre ti: es permanente, y tú, pasajero. Los funcionarios son gente muy preparada y en general leal, pero saben que antes o después te destituirán o habrá elecciones y cambiará el Gobierno. Eres un jefe que puede ser despedido, mientras que tus empleados tienen su puesto garantizado. Eso genera situaciones inusuales en otros contextos profesionales. 

La conducta de los que te rodean cambiará. No te fíes de los que quieren facilitarte la vida, te meterán en líos. Gente que nunca te ha saludado te saludará, otros en cambio desaparecerán por no molestar, para no parecer pelotas y porque te supondrán siempre atareadísimo. Habrás de cuidar a tus amigos de siempre, porque les verás poco pero les necesitarás más que nunca. Aparecerán amigos nuevos, compañeros de Gobierno y de un extraño viaje imposible de compartir. Forjarás alianzas que tan pronto como salgas del Gobierno se diluirán en la nada. Pon toda declaración de afecto en cuarentena: no te quieren a ti, te quieren por tu cargo.

Aislarse y que te aíslen será fácil. El ritmo de trabajo será tan frenético que difícilmente podrás manejar tu propia agenda y tomar decisiones sobre tu tiempo. Tu equipo querrá protegerte, porque tu estabilidad es su estabilidad. Si cesas, cesarán contigo. Su sobreprotección puede llevarte a vivir tras los cristales, como una planta en el invernadero. No es bueno. Al mismo tiempo, todos habrán dejado de verte como aquel que eras y será más difícil aproximarse porque cada gesto, cada detalle, cada paso, será analizado y magnificado. Sentirás que has perdido tu identidad, que eres una persona muy sola siempre rodeada de gente. Sé accesible, no te encierres todavía más.

Convencer al adversario será casi imposible. Pensarás que puedes hablar con la oposición, con los otros diputados, como en cualquier trabajo, pero este oficio no se parece a ninguno, porque has dejado de ser un individuo: representas a una institución con su historia, su significado, su simbología. Aunque a nivel personal te entiendan, públicamente jamás te darán la razón.

Hagas lo que hagas te criticarán. A todos nos gusta criticar a los poderosos (a ti, antes, también). Si eres cercano parecerás banal; si distante, frío y calculador. No te obsesiones, te hará precipitarte y equivocarte. Eso es lo que buscan, debilitarte. Pero la tragedia que hoy te angustia, en una semana ni se recordará. Habrá compañeros de Gabinete con excelente imagen, sin que comprendas por qué. Irás descubriendo los vínculos entre políticos y periodistas. Tú, como novato, desconoces hasta que punto son determinantes.

Tendrás que renunciar a unas cosas para lograr otras. A diario te verás ante dilemas morales que una persona normal no tiene que afrontar jamás. Eso te transformará. Conocerás tus límites. Te sorprenderá tu capacidad de trabajo, de resistencia, de control sobre tus emociones. Cuando dejes el cargo sentirás un gran vacío. Hazte una lista con lo que te proponías hacer y compárala con lo que al final lograste. A veces lo más pequeño será imposible.

El política el tiempo vuela. La máquina de la Administración es un monstruo con un sofisticado mecanismo de autopreservación: la lentitud. Tendrás que hacer muchísima presión, estar muy encima y moverte rápido para modificar su inercia secular.

Cuerpo a tierra que vienen los nuestros. Los compañeros de partido no necesariamente son tus aliados. Habrá cuestiones en las que vuestros intereses choquen y otras en las que tú creas que te están ayudando, cuando por detrás hay zancadillas.

La poesía te ayudará. Cultiva tu capacidad de contagiar entusiasmo, de hacer colectivos tus objetivos, de generar ilusión; ya que no entre todos, al menos entre tus colaboradores y compañeros de partido. La poesía, como la política, es el arte de introducir tus ideas en el imaginario de los demás. Escucha, haz atractivos y útiles para el otro tus discursos. Ten proyectos y ten principios.