Datos del CIS

La confianza política subió en junio el 22%

¿Puede la mayoría de rechazo de la censura ser capaz de aprobar el techo de gasto del 2019?

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sesión plenaria del Congreso de la pasada semana

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sesión plenaria del Congreso de la pasada semana / periodico

Joan Tapia

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La confianza suele depender de la esperanza de estabilidad política. Pero acaba de pasar algo extraño que exige un análisis. El 1 de junio el Gobierno Rajoy, que tenía el apoyo de sus 137 escaños, fue derribado por una moción de censura que dio paso al Gobierno Sánchez que sólo tiene garantizado el de un número bastante menor de diputados (85). Sin embargo, la opinión pública pareció algo tranquilizada, en especial tras conocerse la composición del nuevo gobierno (Borrell en Exteriores, equipo económico de apariencia solvente…). Ahora la encuesta del CIS, realizada poco después, indica que la confianza también ha mejorado. ¿Genera más confianza un gobierno de izquierdas, más débil que el anterior de derechas, aunque ambos estén lejos de la mayoría absoluta de 176 diputados?

Así parece. El Indice de Confianza Politica (ICP) que elabora el CIS en base a las respuestas de su encuesta mensual, ha subido en junio nada menos que un 22% respecto a mayo. Se sitúa así, en una escala de 0 a 100 (en la que 0 indica una desconfianza total), en un 37,3, un punto que no se alcanzaba desde poco después de las elecciones generales de diciembre del 2015 (42,8), o desde la mayoría absoluta de Rajoy en el 2011 (41). ¿Se puede mantener esta anomalía de que genere más confianza un gobierno más minoritario?

Aliados necesarios

Dependerá de dos cosas. De que el Gobierno Sánchez acierte y de que encuentre aliados para aprobar sus iniciativas. No será fácil porque convertir una mayoría muy diversa de rechazo al PP cuando la moción de censura (180 diputados) en una mayoría que apoye a un gobierno socialista minoritario es complicado. Sin los impensables escaños de Batasuna (2), la mayoría se reduce a 178 y el apoyo más imprescindible y numeroso es el de Podemos, un duro competidor por el voto de la izquierda. El sueño de Pablo Iglesias sería merendarse al PSOE, pero tampoco puede aparecer como el culpable (como pasó en el 2016) de impedir un gobierno socialista. Además del de Podemos falta aún el del PNV, posible por el realismo de Urkullu, y el mucho más complicado del independentismo. De momento, Sánchez ha puesto una primera piedra de la nueva mayoría -necesaria para afianzar la confianza- con la votación de convalidación del decreto-ley de radiotelevisión. Se ha dejado muchos pelos en la gatera, porque Pablo Iglesias tiene gran afán de protagonismo y los independentistas han exigido dialogo sin condiciones en la próxima reunión Sánchez-Torra, pero se ha salido al conseguir 179 votos. Ha dicho no Batasuna (como era previsible) pero se ha sumado la centrista Ana Oromas de Coalición Canaria.

Pero el gran desafío será la aprobación del techo de gasto para el presupuesto del 2019. Si lo consigue aprobar, la nueva mayoría empezará a ser creíble. Caso contrario, las dificultades del Gobierno aumentarán, la confianza se agrietará y las elecciones estarán más próximas. Sánchez ya sabía que el camino no sería fácil, pero peor era seguir en la oposición mientras Rivera iba capitalizando el deseo de cambio.