La rueda

Comín, el 'conseller' lógico

El 'conseller' Antoni Comín, en el CAP de La Mina en febrero de este año.

El 'conseller' Antoni Comín, en el CAP de La Mina en febrero de este año.

ANDREU PUJOL MAS

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Cuando el 'conseller' Comín aceptó la cartera de Salut, viniendo de la altísima conflictividad de legislaturas anteriores, sabía que no sería un camino de rosas pero, justamente por ello, decidió asumir el reto. Recuerdo haber hablado con él durante sus primeros días en la 'conselleria' y, pese a pasar largas jornadas con su equipo hasta altas horas de la madrugada para ponerse al día, rezumaba serenidad y determinación, todo condimentado con su habitual optimismo.

En julio se amplió el servicio de reproducción asistida a todas las mujeres, con independencia de su orientación sexual. Este hecho, que algunos pueden ver como un acto vanguardista, no es más que la aplicación de la lógica más estricta: en un país donde el matrimonio homosexual tiene el mismo estatus legal que el heterosexual, no tenía sentido que hubiera una discriminación a la hora de recurrir a la sanidad pública para poder tener hijos.

Como tampoco lo tiene que hospitales públicos tengan camas vacías y quirófanos cerrados mientras se derivan pacientes hacia clínicas privadas con ánimo de lucro con todos los sobrecostes que ello genera. El 15 de agosto no se renovó el contrato con la Clínica del Vallès y los pacientes han sido reabsorbidos sin problemas por los hospitales públicos, mientras que las amenazas de un ERE draconiano han quedado en nada cuando los 32 profesionales despedidos de la clínica privada han sido incorporados en centros públicos del Vallés.

A final de año acaba el convenio con el Hospital General de Catalunya y es muy probable que se repitan vaticinios catastrofistas que ya hemos visto que no tienen fundamento. Ahora bien, lo verdaderamente catastrófico sería que nuestros representantes se dedicaran a regalar, sin criterio, recursos públicos a intereses privados. Es, en definitiva, más lógico que revolucionario.