Al contrataque

Clima

MANEL FUENTES

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Nuestras urgencias siempre se anteponen a nuestras importancias, de modo que cuando estas últimas entran en crisis parece que ya no estemos a tiempo de salvarlas. Y así nos conciencian sin dificultad para el desastre. Inevitable, nos dicen.

El crédito barato fue el analgésico para llevar hasta el abismo nuestra capacidad de endeudamiento y con ella, nuestra soberanía y democracia plena. Han pasado los años y el daño ya está hecho. La suerte echada. Draghi va comprando deuda pública y privada para mantener artificialmente unos tipos de interés, pero en cuanto no lo haga va a meternos en problemas aún más serios que en los que estamos. Sí, especialmente a nosotros. Y la solución del impago a los acreedores y del viva la pepa, no se la han podido permitir ni los griegos con SyrizaPerder soberanía frente a los mercados, por nuestro comportamiento pasado, no solo está siendo inevitable, sino que al no crecer lo suficiente y no recortar estructura, estamos en la senda para que sea irreversible.

En política exterior, hemos jugado a la venta de armas a países terceros, a crear fronteras artificiales irrumpiendo en las vidas de esas poblaciones, a alternar con regímenes más peligrosos que democráticos, a guerras con o sin excusa que han agitado más de un avispero y ahora llevamos casi 15 años persiguiendo sin éxito al gran terrorismo desde que se nos presentó en Nueva York. La llamada guerra global cada vez se va instalando en nuestras vidas. Tras los trenes de Madrid, el metro y los buses de Londres, las terrazas de París… y en Kabul y en Mali y en tantos y tantos otros lugares. No luchamos contra países, luchamos contra personas que conviven con nosotros. La desconfianza, el miedo y la aceptación del recorte de libertades parece… inevitable. ¿Irreversible?

EL PRIMO INCRÉDULO DE RAJOY

En París se celebra ahora la cumbre del clima, con un titular más que inquietante. Somos la última generación capaz de hacer frente al cambio climático. Hay quien dice que estamos a dos grados del desastre, mientras el calentamiento sigue su curso. ¿Se acuerdan del primo incrédulo de Rajoy? ¿De cómo son nuestras principales fuentes energéticas? ¿De cómo consumimos? ¿De cómo contaminan nuestras industrias? ¿Y las industrias que subcontratamos en el tercer mundo para tener más beneficios? Pues parece que aún haciendo memoria, muchos se hacen los remolones para no hacer conjuntamente lo que toca. Algunos gobiernos han mirado a otro lado, para que no decayera la fiesta. Es la última cita antes que la palabra inevitable se instale también aquí.

¿Seremos capaces de dar una respuesta adecuada? Cuando el clima se enrarece, la claridad para actuar correctamente escasea. Para que el mundo sea como quisiéramos, hay que actuar. Inevitablemente.