LA CLAVE

La Catalunya 'blockchain'

El blockchain anuncia una nueva ola de desintermediaciones

FILE PHOTO: A Bitcoin (virtual currency) coin is seen in an illustration picture taken at La Maison du Bitcoin in Paris

FILE PHOTO: A Bitcoin (virtual currency) coin is seen in an illustration picture taken at La Maison du Bitcoin in Paris / BT/JS /TW

Albert Sáez

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Hemos pasado de un monotema a otro. Si en los últimos cinco años todo eran las bondades y las vicisitudes de la independencia de Catalunya, ahora estamos sumergidos en una ola de legalismo que deja a media Catalunya bajo sospecha de colaboracionismo con los delitos de rebelión y sedición mientras la otra media se lleva sus empresas cerca de las sedes judiciales. Ni antes estaba todo el mundo pendiente del llamado 'procés' ni ahora de restañar sus delitos. Como siempre, hay una Catalunya que trabaja y que intenta, sin ánimo supremacista, estar alineada con los sectores y los actores globales más dinámicos. Como lo hacen otros en Galicia o en Extremadura. Es el caso de la asociación 'Blockchain Catalunya' que se acaba de constituir para empujar esta nueva generación de relaciones a través de internet. El producto más conocido de esta tecnología es el bitcóin, la denominada moneda virtual que la semana pasada cotizó a 16.000 dólares. Pero la denominada cadena de bloques está llamada a cambiar cosas mucho más sustanciales que el papel moneda.

Según algunos expertos, el blockchain provocará un cambio similar al que han impulsado las redes sociales. Y ahondará en la línea de la desintermediación de las relaciones. El bitcóin, en defnitiva, se basa en el ajuste del valor de cambio de la moneda sin la intervención de los bancos centrales y del resto del sistema financiero. La moneda vale lo otro usuario esté dispuesto a intercambiarle a su propietario por ella, sin el control -ni tampoco el aval- de ningún tercero en discordia. Un mundo sin emisores de monedas, esa es la clave del asunto. Un mundo que empodera a los usuarios. Un mundo en el que la transparencia de los propios datos impide la actividad de los intermediarios que juegan a especular con ellos. Un mundo de mútua confianza de persona a persona, bien, de máquina a máquina. Así que ya ven. En la pérfida Catalunya hay gente que mira de construir un mundo diferente, sin intermediaciones innecesarias. No sé qué dirían los contendientes en la batalla electoral, unos los tratarían de sediciosos y los otros de súbditos. Otro mundo.

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