Al contrataque

Castigar al mentiroso

Viniendo de Rajoy, es muy arriesgado decir que los políticos independentistas deberían estar inhabilitados por mentir

CRISTINA PARDO

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Mariano Rajoy ha declarado, en alusión a los políticos independentistas, que deberían estar inhabilitados por mentir. Por mentir diciendo que la secesión no conllevaba riesgos económicos, ni la salida de la Unión Europea. Puigdemont y compañía mintieron; eso parece evidente. Ocultaron los riesgos de su proyecto a una ciudadanía que, en gran medida, anhelaba esa nueva República pensando que su vida sería mucho mejor. La afirmación de Rajoy me parece muy acertada: reneguemos de los políticos que mienten, elevemos al máximo el reproche social. Sería síntoma de excelente salud democrática el castigo al mentiroso en las urnas. Pero, al mismo tiempo, las declaraciones del presidente me parecen muy arriesgadas viniendo de quien vienen. No tengo tiempo para recoger aquí los engaños de este Gobierno en concreto, o de los que le precedieron, pero conviene recordar que en la primera legislatura el PP se pasó el día diciendo una cosa y haciendo la contraria. Que a la amnistía fiscal nunca la llamaron por su nombre, como a tantas otras de sus iniciativas, y que jamás aclararon graves sospechas de corrupción. «No me consta», y aquí paz y después gloria.

‘Conmigo o contra mí’

Estos días, con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, se está produciendo un fenómeno muy curioso. El conmigo o contra mí. Entre los independentistas más fanáticos es claro: si estás conmigo eres demócrata, y si no eres un fascista. Pero ojo, porque también se está produciendo algo parecido a la inversa, aunque de una manera más soterrada. Sería algo así como ese pensamiento de que no conviene cuestionar la credibilidad de Rajoy cuando está en juego la batalla entre los que incumplen irresponsablemente la ley y los que tienen el cometido de hacerla cumplir. Lo digo porque me da la sensación de que ha pasado muy desapercibido ese inspector de la UDEF que hace unos días en comisión parlamentaria acusó a Rajoy y las anteriores cúpulas del PP de haber cobrado sobresueldos en negro. Parecería que es poco patriota destacar semejante cosa en un momento en el que el presidente está defendiendo al Estado de las embestidas del independentismo. Este lunes, en la habitual rueda de prensa del PP, le preguntamos a Pablo Casado si ese tipo de acusaciones podían restar autoridad a Rajoy para exigir a los demás el cumplimiento de la ley. El vicesecretario de Comunicación del PP respondió que no era lo mismo, porque en este caso no había responsabilidad penal, solo una acusación al PP como partícipe a título lucrativo de la trama Gürtel. No es poco, ¿eh? Y en Génova siempre lo negaron. Nadie conocía a nadie. Nadie supo nunca nada. ¿Cómo era entonces lo de inhabilitar a los mentirosos? ¿Solo cuenta a partir de ahora?