Dos miradas

'Castells' en el aire

EMMA RIVEROLA

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Son personas. Son brazos y piernas y sudor y temblores. Son hombres y mujeres, mayores y niños, pero no parecen anclados en nuestro mundo. Su obra se alza y desafía, desde las alturas, a un mar mezquino y voraz. Un faro enclavado en la isla de los deseos. Un torreón en el valle de la utopía. Porque, a pesar de los cuerpos, a pesar de la materia, loscastellspertenecen al mundo ideal de los sueños. Una metáfora extraída del decálogo de un justiciero. Un principio que provoca al corazón dormido de los héroes. Porque en loscastells, más allá de la raza, del sexo, de la belleza o, incluso, de la inteligencia, los fuertes sostienen a los débiles. Y los aguantan hasta la extenuación. Resisten y sus músculos parecen desgarrarse, su respiración se corta y sus rostros se contraen en un esfuerzo titánico. Sufren y soportan. Y es su fuerza la que, encarnada en cuerpos más frágiles, toca el cielo. En un final donde hasta la victoria es pura. Porque cuando elanxanetaalza su mano es el triunfo de todos, sin nombres propios, sin rostros concretos a los que adorar. La fuerza de la unión. Así de simple.

Entre hoy y mañana la Unesco decidirá si declara a loscastellspatrimonio inmaterial de la humanidad. Inmaterial como todo aquello que no puede tocarse ni verse. Intangible como la pasión, la esperanza o la tristeza. Invisible como el espíritu. Como el sueño que sueña hacerse realidad.