Campaña de broma

Leo, con cierta estupefacción, que los cabeza de lista de los partidos parlamentarios irán aPolòniaen procesión. No al país, claro, sino al programa de humor de TV-3. Me sorprende la noticia por dos razones: porque los políticos consideran necesario ajustarse a las reglas de la ficción y la caricatura, y porque, consecuencia de la primera, tendrán que hacerlo en función de los criterios institucionales presentes (y tan criticados) en una campaña electoral. O sea, el primero en pasar por el mundo deToni SolerseráAlbert Rivera,y el último,Artur Mas,gracias al número de escaños logrados en las urnas hace cuatro años. Será seguramente la primera vez que, en un programa que no es informativo o de debate, se aplicarán los registros que mandan en la parrilla llamémosle convencional.Mas, pues, tendrá cierta ventaja, porque habrá podido decidir con antelación cuál es la mejor manera de enfrentarse a una situación ciertamente insólita, al menos en un periodo como el de una campaña.

Teniendo presente que la ironía no es el punto fuerte de un político, será interesante comprobar cómo se adecua la realidad del candidato a un entorno en el que se verá reflejado con su propia caricatura. ¿Qué cintura tendrán cuando se representen a sí mismos,as himself, como dicen en las películas americanas? El futuropresidentdebería iniciar el mandato con una nueva visita, ya investido, al universo de la broma.