Cada maestro tiene su libro

Les recomiendo que lean la biografía deSteve Jobs, escrita porWalter Issacson. Eso sí, si me van a hacer caso, cojan el libro con ganas, ya que son casi 700 páginas de las aventuras y desventuras de un ser torturado en busca de lo sublime. Han salido avances en la prensa que ponen el acento en algunas curiosidades, como su relación conJoan Baezy lo rácano que fue ante un vestido deIssey Miyake que a ella le gustaba, su obsesión final con Google, su manía y desprecio haciaBill Gateso cómo le vendió un ordenador al mismo Rey de España, pero lo que me ha parecido muy relevante es cómo se explica el proceso de concepción de elementos que hoy forman parte de nuestra vida como iTunes, el iPod, el iPhone o el iPad y cómo responden a las ideas pulcras de Jobs, que perseguía la simplicidad por encima de todo. Es donde encontraba la belleza, lo sublime.

Para llegar a ello en una gran empresa e imponer criterios, lo primero que uno debe de hacer es dominar el entorno. El éxito deJobs,y el de Apple, llegó cuando se impuso su estilo. La excelencia se puede mirar de frente entre sí y, si encaramos al Barça deGuardiola,fenomenalmente analizado en el libro deRicard Torquemada,con la Apple deJobs, veremos que hay criterios similares.

La simplicidad es uno de ellos. Llegar a la esencia del juego. Ese es el resultado, que siempre llega atractivo al público. Pero para llegar hasta lo sublime hay que trabajar muy duro. Ser inflexible en los principios del estilo y dúctil para irlos transformando paulatinamente.Torquemadarecuerda que fue conCruyff cuando el Barça

atacaba en zona, pero que ha sidoGuardiolael que ha impuesto el mismo criterio en todo el campo y cada día nos sorprende con más centrocampistas y menos defensas. Evolución. Innovación. Pero también control del entorno y del propio equipo. No siempre es fácil, y a los dos les han tocado realidades muy diferentes. Y aunque los dos parecen inflexibles en defender su modelo, creo que la sonrisa deGuardiolaes mejor arma para conseguir el propósito que el ceño fruncido deJobs.